De los autores de "En un acto con abogados y con la cúpula política judicial, el president del Parlament tiene que hacer ver que no existen diputados del Parlament encarcelados preventivamente en aplicación de delitos inexistentes y obviar la realidad" llega "Callad y obedeced o perderéis el Mobile".

Esta serie de ficción transcurre en la Catalunya del 155 y, de hecho, es la segunda parte de "Huy, cómo huyen las empresas".

El hilo conductor de la historia es el sonsonete aquel que dice: "Mientras estabais callados y aceptabais la situación que nosotros decíamos que era la normal, todo iba bien. Y ahora lo habéis estropeado todo. Si no calláis y obedecéis, y si no sois como nosotros os decimos que tenéis que ser y si no hacéis las cosas como nosotros decimos que las tenéis que hacer, os pasarán cosas terribles que nosotros haremos ver que nos entristecen y que nos preocupan, pero que realmente nos lamen un pie y parte del otro".

Los mismos que en público dicen que vamos al desastre económico por culpa de los indepes y que en privado 1/ se alegran que se marchen unas cuantas empresas de Catalunya, 2/ que han hecho el posible para que eso fuera así, 3/ que han presionado y han amenazado para que eso fuera así y que se inventaron que la Agencia del Medicamento no vino por cuestiones soberanistas, son los que 5/ ahora amenazan el Mobile. "Callad y obedeced o perderéis el Mobile". Como si el Mobile fueran ellos. Como si el Mobile fuera suyo. Pagaría para estar presente a las conversaciones del señor Mobile con estos que de día lloran de tristeza por las empresas trashumantes y de noche les ponen un camión de mudanzas en la puerta. Pagaría por ver cuántas cabezas de caballo se ha encontrado ya el señor Mobile en su camita.

En nombre de su "normalidad", algunos pretendían que hoy hubiera una asistencia "normal" a los actos institucionales del Mobile. Como si en Catalunya no pasara nada. Como si no hubiera presos políticos, ni exiliados, ni gente en libertad condicional a la espera de juicio, ni políticos con sus propiedades embargadas, ni centenares de imputados. Y cuando la dignidad hace que no se acepte la "normalidad" impuesta, entonces llega la amenaza fantasma. La amenaza que sólo ha venido del Gobierno y del Estado y a la cual no se ha referido nadie de la organización del Mobile ni durante 0,0000000001 milésimas de segundo.

La nota oficial de hoy es para mojar la producción anual de Bimbo, Rosendo, Eroski, Hacendado, Panrico, todas las marcas de masa congelada, todos los proveedores de gasolineras y todos el gremios de panaderos artesanos del país: 

“El Gobierno acompañará al Rey durante su estancia en Barcelona con motivo del Congreso Mundial de Móviles y deplora la actitud irresponsable y sectaria anunciada por determinados cargos institucionales. La presencia del Rey en Barcelona simboliza el apoyo de la Corona y del conjunto de España al MWC, y por extensión, al desarrollo y pujanza de la economía catalana. Los desplantes anunciados por ciertos representantes institucionales, además de injustos y mezquinos, ponen en riesgo que Barcelona pueda seguir albergando en el futuro un evento global de tanta importancia.

Barcelona se juega mucho estos días. Todos los ojos estarán puestos desde mañana en el Mobile World Congress de cuyo éxito dependerá la permanencia en Barcelona de la mayor feria de tecnología móvil del mundo, algo en lo que debiéramos estar todos unidos y trabajando juntos”.

Traducido: "No juguéis con fuego, que os hacemos uno 'a por ellos', pero con móviles en vez de porras y pelotas de goma"

Ah, y sobre la impopularidad del Rey en este nuestro país, que tanto empieza a preocuparle a Madrit (concepto). Pero, a ver una cosa... ¿qué pretendían que pasara después del discurso del día 3 de octubre? ¿Se piensan que aquello les saldrá gratis total? ¿Se creen que las cosas no tienen consecuencias? Una mayoría de catalanes ha desconectado de España, pero también de la Monarquía. Y esto ya no tiene marcha atrás. Y no porque lo diga yo. Es que es así. Aunque nos amenacen con la pérdida de una feria. Muy importante, sí, pero una feria.