Este domingo ha hecho un día perfecto para realizar todo tipo de actividades al aire libre. Y así ha sido como una numerosa masa humana formada por 43 personas (sí, sí, exactamente 43) ha aprovechado para manifestarse pidiendo el cierre de TV3 y el encarcelamiento de sus directivos.

La justicia cósmica también ha estado presente en el acto y ha generado una de aquellas metáforas que parecen diseñadas a medida para explicar la realidad de una manera natural. Y la metáfora ha sido que la manifestación no se ha celebrado delante de la puerta principal de la Televisió de Catalunya sino delante de la puerta de detrás, de la puerta de mercancías.

Fíjese usted si quien pedía el cierre de la cadena conoce en profundidad la cadena contra la cual se manifestaba que no sabía ni dónde estaba la puerta. ¡SEN-SA-CI-O-NAL! ¡¡¡IN-SU-PE-RA-BLE!!!

Sería como pedir la dimisión del president Quim Torra en la puerta del Delegación del Gobierno (por cierto, ya hace más de una semana que estamos sin delegado y el caos y las matanzas masivas todavía no se han apoderado de las calles catalanas. ¿Qué extraño, verdad? Seguramente es que las familias están tan ocupadas matándose entre ellas que no tienen tiempo de provocar la anarquía).

Por lo tanto, entre que la cifra de manifestantes era astronómica (43 personas son muchas más que 42, dónde va a parar) y que la han hecho donde no era, el acto ha quedado un poquito deslucido. Pero sólo un poquito. En cambio, ¿se imagina qué habría pasado si un grupo de personas hubiera convocado una manifestación en contra?

Bien, en primer lugar, si eso hubiera sucedido, una y otra manifestación no se habrían encontrado, porque la contraría seguramente sí que habría ido a la puerta principal. Y entonces habríamos visto a unos señores (y a unas señoras) manifestándose contra otros señores (y señoras) que no estaban. Bueno, sí que estaban, pero manifestándose en un lugar incorrecto.

Pero, como que se habrían avisado y habrían acabado encontrándose, en segundo lugar habría sucedido que una manifestación que ahora ha quedado un poquiiiito deslucida y que será un breve en las páginas de humor de los medios, hubiera sido la primera noticia de muchos medios con titulares del tipo: "Arde Cataluña", "Grupúsculos de nazis terroristas adoctrinadores amedrentan una mayoría silenciosa que se había equivocado de puerta".

Sería un poquito bastante lo que sucedió el jueves en la Universitat de BCN con Societat Civil Catalana. Este grupo unionista radical había organizado un acto sobre la figura de Cervantes del cual nadie habría tenido noticia si no hubiera sido porque 50 personas convocaron una manifestación para impedir que se celebrara. "Venían a provocar", argumentaban unos cuantos para justificar la acción. Pues bien, gracias al boicot, los que venían a provocar se pudieron marchar de allí con la satisfacción de haber conseguido su objetivo, que era provocar.

Suerte tenemos, todos juntos, de los 43 patriotas de no se sabe exactamente qué ni de exactamente dónde que van por el mundo manifestándose donde no es y de los 43 que necesitan los 43 anteriores para poder decirnos que gracias a ellos todo va mejor. Suerte...