A lo largo de los últimos 18 meses hemos trabajado codo a codo siete diputados de seis grupos parlamentarios con la misión de poder redactar una ley que facilitara y acelerara la reforma horaria. Finalmente hemos llegado a la conclusión de que la vía legislativa no aseguraba los objetivos planteados. Analizamos los motivos.

En primer lugar, el Parlament no dispone de competencias en algunos elementos clave. No dispongamos de competencias en materia laboral, en horarios comerciales y en horarios audiovisuales. El tema laboral no es del todo relevante pero sí que lo es la liberalización absoluta de comercios y televisión. ¿De qué puede servir para la salud y el bienestar que mayoritariamente la ciudadanía disfrute de más tiempo si adelanta su salida del trabajo, si las tiendas están abiertas hasta las veintidós horas y la hora punta televisiva es a las dos de la madrugada?

En segundo lugar, el objeto de materia, los horarios laborales, acostumbran a ser debatidos y acordados a través de la concertación y la negociación colectiva. En este sentido, los agentes sociales dieron un paso adelante en septiembre del 2016 con la firma del Acuerdo para el impulso laboral de la reforma horaria, avalada por Foment del Treball, PIMEC, FEPIME, CCOO y UGT.

En tercer lugar, porque los agentes sociales nos han pedido en las múltiples comparecencias realizadas en sede parlamentaria que preferían y que veían más útil un gran acuerdo social que una ley. Es cierto que los cambios de hábitos difícilmente podrán consolidarse a través de un golpe de decreto. Nos hace falta un instrumento integral que permita cambiar la tendencia actual.

¿De qué puede servir para la salud y el bienestar que mayoritariamente la ciudadanía disfrute de más tiempo si adelanta su salida del trabajo, si las tiendas están abiertas hasta las veintidós horas y la hora punta televisiva es a las dos de la madrugada?

Desde la ponencia conjunta hemos dado un paso al lado con el objetivo de dar unos cuantos pasos adelante. El Pacto para la Reforma Horaria tiene que ser el instrumento de gestación y desarrollo de la política pública en torno al cambio, será los cimientos (fundamentados en una base sólida) a partir de los que diseñar medidas aceleradoras que orienten el cambio.

En la opinión pública había calado que el resultado de los trabajos de reforma se concretaban en una ley. Y el hecho de que no haya una ley podía dar la sensación de fracaso. Todo lo contrario, dispondremos de un buen instrumento que nos permitirá ver avances en los próximos años. Algún día miraremos atrás y seremos conscientes del salto cualitativo que estamos provocando aquí y ahora mismo.

Finalmente, valdría la pena reconocer el compromiso y agradecer el talante de los diputados y de las diputadas que han formado parte de la ponencia conjunta. Hemos mantenido el espíritu y un clima de transversalidad aun la coyuntura. Lástima que finalmente no se ha podido hacer un debate en sesión plenaria sobre los trabajos realizados. Los trabajos de la ponencia quedan a disposición del Govern de Catalunya como fuente para alimentar el Pacto. Nos consta que se han tenido muy en cuenta. Lo comprobaremos en los próximos días.

 

Fabian Mohedano es diputado en el Parlament de Catalunya y promotor de la Iniciativa para la Reforma Horaria