No es que sea precisamente ningún secreto que uno de los principales motivos de preocupación en la industria del automóvil y, sobre todo, para los conductores españoles, es la constante subida en el precio de la gasolina y el diésel.

Si bien es cierto que la inmensa mayoría de marcas están apostando de forma clara por los modelos eléctricos, saben que aún hoy en día los motores de combustión y los híbridos siguen siendo los que más alegrías les dan a nivel de ventas.

Por mucho que en un futuro los eléctricos vayan a dominar en las carreteras de España y de Europa, aún quedan muchos años en los que los modelos de gasolina y diésel van a seguir dominando, de ahí que el precio de estos combustibles vaya a seguir siendo un motivo de preocupación.

Y es que los precios actuales no es que sean ya mucho más altos respecto a los precios que teníamos hace unos años, es que, según muchas predicciones, lo más probable es que vayan a seguir subiendo de forma constante más allá de algunas bajadas puntuales.

El motivo por el cuál los precios van a seguir subiendo

La situación actual es muy preocupante en este sentido. Entre otras cosas porque, más allá de los problemas derivados del conflicto entre Rusia y Ucrania, las sanciones económicas a Rusia y el aumento de la demanda por parte de China, los principales productores están empezando a rebajar su producción, por lo que la demanda aumenta al mismo tiempo que la oferta baja, lo que inevitablemente acaba derivando en un aumento sustancial de los precios.

En España, por ejemplo, cada vez estamos más cerca de volver a rebasar la barrera de los 2 euros por litro, algo que ya ocurrió hace unos meses justo al estallar el conflicto en Europa del este.

Pero lo peor en este caso es que, como ha apuntado recientemente el director ejecutivo de la IEA, la Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol, “el tope de demanda de combustibles fósiles se producirá en esta década”, antes de lo que muchos habían previsto, lo que acabará derivando en una demanda mucho mayor en los próximos años junto a una menor oferta.

No es casualidad entonces que sean muchos los que aseguren que es más que evidente que los precios bajos que teníamos hace apenas unos años son eso, cosa del pasado, y que va a ser muy difícil, por no decir imposible, que podamos volver a ver esas cifras en las gasolineras de España y de Europa.