Volkswagen ha reconfigurado por completo la gama del T-Cross de cara a lo que queda de curso, simplificando su oferta y suprimiendo uno de sus acabados más representativos. El modelo urbano recibe una gama estructurada en solo tres niveles: Base, MÁS y R-Line. Esta reorganización conlleva la desaparición del acabado Life, que hasta ahora actuaba como término medio en la línea comercial del SUV. La medida responde a una estrategia de reducción de complejidad y optimización de costes, aplicada ya en otros modelos del grupo.

El nivel de entrada, denominado Base, mantiene una propuesta funcional con el motor 1.0 TSI de 95 CV asociado a una caja manual de cinco velocidades. Esta versión parte de un precio de 24.566 euros. Por encima, el acabado MÁS ofrece un abanico más amplio de combinaciones mecánicas, incluyendo el mismo motor 1.0 TSI con 115 CV, disponible tanto con caja manual de seis marchas como con la automática DSG de siete. En este caso, los precios oscilan entre 27.686 y 29.126 euros según la configuración.

 

El tope de gama queda reservado para el acabado R-Line, de enfoque más deportivo, que arranca en 31.036 euros con el bloque 1.0 TSI de 115 CV y alcanza los 34.606 euros en su versión más potente, equipada con el motor 1.5 TSI de 150 CV y cambio DSG. Esta variante se posiciona como la más prestacional y equipada de toda la gama, orientada a un perfil de usuario que busca mayor dinamismo y distinción estética.

Gama recortada, precios definidos y enfoque racionalizado

Lo destacable en este caso es que, con esta reestructuración, el T-Cross mantiene una cobertura completa de mercado pese a la reducción de versiones. La decisión de eliminar el acabado Life, que representaba una parte significativa de las ventas, busca reducir duplicidades en la oferta y agilizar la producción en un contexto donde la eficiencia industrial resulta clave.

La simplificación también facilita una jerarquización más clara de precios y equipamientos. Mientras que el acabado Base conserva lo esencial para contener el coste de acceso, el nivel MÁS concentra las opciones más equilibradas en relación calidad-precio. Por su parte, R-Line añade elementos específicos en diseño y dotación, justificando su posición en la parte alta del catálogo.

 

En términos mecánicos, la gama queda definida por dos bloques: el 1.0 TSI en variantes de 95 y 115 CV, y el 1.5 TSI de 150 CV, siempre con tracción delantera. El uso del cambio DSG se reserva a las configuraciones de 115 y 150 CV, reforzando el perfil tecnológico en los niveles MÁS y R-Line. Esta estructura racionalizada permite mantener una oferta competitiva sin saturar al cliente con demasiadas opciones.

En este sentido, el Volkswagen T-Cross 2026 representa un ejercicio de contención y foco estratégico, en un segmento donde la eficiencia comercial comienza a pesar tanto como el diseño o la tecnología. La tijera aplicada a la gama responde a una lógica cada vez más extendida en la industria: menos versiones, procesos más ágiles y posicionamiento más claro.