Guste o no, los SUV siguen siendo el objeto de deseo de muchos. Dentro de segmento, como en todos, hay marcas que concentran el interés y estas son, casi siempre, las que ofrecen productos merecedores de etiquetarse como Premium. El problema es que, en situaciones como la actual, los precios de los coches de este tipo se disparan y la capacidad del comprador medio se queda corta para adquirirlos. Para solucionarlo, algunas marcas están empezando a cambiar las cosas. Y una de ellas, sorpresa, es Volvo. Algo ha cambiado en la marca escandinava desde que los ejecutivos del grupo Geely andan por allí.
Aire fresco, nuevos precios
Y es que la entrada de dinero oriental en la firma sueca Volvo ha empezado a tener consecuencias. No son malas, además: la calidad y el estilo suecos se mantienen y los precios, sin ser low cost, se adaptan al bolsillo del común de los mortales. Este mes, el Volvo XC40 se oferta, según quecochemecompro.com, por 30.000 euros, lo mismo que cuesta un Volkswagen Golf. Nos llevamos así un SUV Premium a precio de todocamino generalista, lo que está muy bien. Tener todo un Volvo en el garaje de casa, y más aún sabiendo que no te has dejado un riñón, es todo un placer.
Buen equipamiento
Como siempre cuando se trata de Volvo, se incluyen cuatro niveles de terminación: Essential, Core, Plus y Ultimate. De serie, además, se incluyen opciones como los faros LED, la alerta de carril, la instrumentación digital, el sensor de parking, las llantas de aleación y el lector de señales. En el aprtado de los propulsores, se permite elegir entre el T2 de 129 CV en gasolina, los B3 G y B4 G híbridos ligeros de 163 CV y 197 CV y dos alternativas PHEV con 211 CV o 262 CV. Existe, por supuesto, la opción exclusivamente eléctrica, que alcanza los 408 CV de potencia. Con todo, 30.000 es un precio competitivo para ser un Volvo pero, en el mercado, hay muchas ociones similares o mejores, aunque no con la vitola de Premium. El Kia Sportage es una y el Renault Arkana, otra.