En un contexto donde la irrupción de marcas chinas en el mercado europeo ha acaparado titulares, Renault mantiene su apuesta por modelos urbanos accesibles y probados, como el Clio, que sigue siendo una de las alternativas más equilibradas en relación calidad-precio. Con una tarifa que parte en torno a los 16.255 euros y culmina cerca de los 22.800 euros en las versiones más completas, el Clio logra posicionarse en el mismo rango económico que muchos modelos asiáticos de nueva llegada.

El modelo mantiene una propuesta de diseño madura, actualizada recientemente con mejoras estéticas exteriores y ajustes de calidad interior. Incluso en sus acabados más básicos, incorpora de serie elementos como pantalla multimedia táctil de 7 pulgadas, conectividad Bluetooth, aire acondicionado y control de velocidad. En niveles superiores, se suman elementos como climatizador bizona, tapicerías de mayor calidad, llantas de aleación y sistemas de asistencia más avanzados, sin comprometer la accesibilidad económica del conjunto.

 

Lo destacable en este caso es la variedad mecánica disponible, con opciones que cubren tanto la eficiencia como la economía de uso. Las motorizaciones de gasolina 1.0 TCe de 90 y 100 CV —esta última compatible con GLP y dotada de etiqueta ECO— ofrecen un rendimiento suficiente para el uso urbano y mixto, con consumos moderados y mantenimiento ajustado. La versión híbrida E-Tech de 145 CV, por su parte, añade un plus de eficiencia y refinamiento, con un consumo medio en torno a 4,3 l/100 km y etiqueta ECO sin necesidad de recarga externa.

Eficiencia urbana y polivalencia real

El Renault Clio conserva una de sus principales virtudes: la facilidad de uso en ciudad sin renunciar a una buena capacidad de carga ni a una conducción estable en carretera. Con un maletero que oscila en torno a los 300 litros y una longitud contenida de poco más de cuatro metros, se adapta con soltura al entorno urbano sin comprometer el confort en trayectos largos. La dirección precisa y un chasis bien calibrado refuerzan esa sensación de solidez que ha caracterizado al modelo desde su lanzamiento.

El interior del Clio, aunque sencillo en su configuración inicial, ofrece una distribución funcional y materiales correctos en su segmento. La doble pantalla presente en versiones superiores mejora la experiencia digital, y la conectividad inalámbrica permite integrar funciones del móvil con fluidez. La ergonomía general está bien resuelta, con mandos accesibles y una posición de conducción cómoda.

 

Por otro lado, su fabricación europea y la disponibilidad de una red de servicio consolidada aportan un valor añadido que los modelos chinos aún no igualan. En este sentido, el Renault Clio no solo compite por precio, sino también por la seguridad de una infraestructura posventa ya implantada y por una trayectoria reconocida en fiabilidad.

Así, mientras el foco se mantiene en las novedades del mercado asiático, el Renault Clio continúa siendo una opción firme y racional. Su combinación de precio ajustado, mecánicas eficientes, buen equipamiento y experiencia de marca lo consolidan como una alternativa plenamente vigente frente a los nuevos actores del mercado de bajo coste.