Una de las decisiones seguramente más importantes en la historia de la Dirección General de Tráfico en los últimos años en nuestro país fue la que tomaron hace ya unos años desde ese organismo, y no fue otra que la de empezar a implantar una serie de radares en diferentes puntos de nuestra geografía.

Y es que, si bien es cierto que la inmensa mayoría de los conductores optan por no rebasar en ningún caso la velocidad máxima permitida, especialmente en autopistas y autovías, también lo es que son muchos los que no cumplen con esta norma, de ahí que la entrada en juego de los radares se haya convertido en una de las mejores maneras de, por un lado, concienciar a los conductores de la importancia de mantener la velocidad máxima permitida y, por otro, cazar a los infractores.

De esta forma, sumando todos los radares en nuestro país, es probable que se supere la cifra de 5.000, teniendo en cuenta que la DGT cuenta con más de 2000 y que a ellos hay que sumarles también los radares en las comunidades autónomas de Cataluña, País Vasco y Navarra, donde las competencias son internas.

Los radares de la DGT también funcionan de noche

En este sentido, una de las preguntas que se hacen muchos conductores es la de si estos radares, especialmente los fijos, funcionan igual durante el día que durante la noche, teniendo en cuenta que al no contar con luz solar sería lógico pensar que no tendrían la misma efectividad.

Sin embargo, desde la DGT han dejado muy claro que, gracias a contar con un sistema de infrarrojos, los entrenadores son igual de efectivos en las horas en las que no hay luz solar, por lo que los conductores deben respetar la norma tanto de día como de noche.

Sí que hay que destacar, sin embargo, que los radares móviles, es decir, los radares que suelen estar camuflados en los coches de la guardia civil, son mucho menos habituales en las horas nocturnas, así cómo el hecho de que el helicóptero Pegasus, el helicóptero de la DGT, tampoco vuela durante la noche en situaciones normales mas allá de una posible emergencia o algo extraordinario.

No es casualidad entonces que, más allá del resto de normativas que se han implementado en los últimos años, los radares se haya convertido en una de las mejores herramientas para que la mortalidad en nuestras carreteras haya descendido de forma notable en los últimos años.