Mercedes eleva el listón con el desarrollo del nuevo GLC eléctrico en versión AMG, un modelo que aspira a redefinir el concepto de SUV deportivo dentro del segmento premium. Las primeras unidades de prueba ya ruedan en entornos de climatología extrema, anticipando una apuesta clara por la electrificación sin renunciar al carácter dinámico que define a la división de altas prestaciones de la marca. El diseño, aún parcialmente camuflado, deja entrever una evolución importante respecto al modelo actual, con proporciones más musculosas, una carrocería ensanchada y detalles aerodinámicos específicos.

 

En el frontal se aprecia una parrilla cerrada de inspiración deportiva, flanqueada por faros afilados en fase avanzada de desarrollo. El paragolpes incorpora formas más agresivas, con tomas de aire que podrían ser funcionales o albergar sistemas de refrigeración para los componentes eléctricos. En la vista lateral destacan unas llantas de gran diámetro, neumáticos de alto rendimiento y pasos de rueda ensanchados, que confirman el posicionamiento del modelo dentro de la élite de los SUV de altas prestaciones. La parte trasera, con un difusor discreto y un alerón superior activo, complementa un conjunto estéticamente diferenciado.

Lo destacable en este caso es que el futuro GLC AMG eléctrico se desarrollará sobre la nueva arquitectura MB.EA, concebida para vehículos eléctricos de altas prestaciones. Este chasis modular, combinado con una red eléctrica de 800 voltios, permitirá recargas ultrarrápidas y una mayor eficiencia energética. El sistema de propulsión incluirá tres motores eléctricos: dos en el eje trasero y uno en el delantero, configurando una tracción total variable. La potencia estimada rondará los 660 CV, con un nivel de aceleración que podría situarlo al nivel de deportivos de combustión de gama alta.

Arquitectura eléctrica con identidad deportiva

En términos de autonomía, el modelo apunta a superar los 700 kilómetros bajo ciclo de homologación WLTP, lo que lo posicionaría entre los SUV eléctricos más capaces del mercado. El sistema de frenado incorporará pinzas sobredimensionadas y discos ventilados, mientras que la suspensión adaptativa se ajustará en tiempo real según el estilo de conducción y las condiciones del terreno. Este enfoque técnico, junto a un centro de gravedad más bajo gracias al paquete de baterías, permitirá una respuesta dinámica inédita en el GLC.

 

El interior, aún no visible, previsiblemente adoptará una configuración específica AMG con asientos deportivos, materiales exclusivos y un entorno digital avanzado. La transición hacia un habitáculo orientado a la conducción, con modos configurables y asistencias de gestión de par y regeneración, reforzará su carácter. Cabe destacar que esta evolución del GLC no parte de un simple rediseño, sino de un replanteamiento completo en clave eléctrica, sin rémoras del modelo térmico.

La comercialización de este GLC AMG eléctrico está prevista para inicios de 2027, tras una fase de validación en condiciones extremas tanto en climas fríos como en circuitos de alto rendimiento. Esta hoja de ruta indica que Mercedes no solo electrifica su gama, sino que también la redefine, utilizando la tecnología para reforzar atributos clave como la deportividad, la precisión y la exclusividad inherentes a la etiqueta AMG.