El BYD Dolphin Surf desembarca en Europa con una estrategia de precios que busca impactar directamente en el segmento de acceso al coche eléctrico. Durante su fase de lanzamiento, se ofrece desde 19.990 €, un importe que se reduce aún más en países como España gracias a descuentos combinados con ayudas estatales. En concreto, aplicando las condiciones máximas del Plan MOVES III, el precio puede llegar a los 11.780 € para la versión de acceso. Esta tarifa sitúa al Dolphin Surf como una de las opciones más asequibles del mercado actual.
El modelo se comercializa en tres versiones. La variante Active equipa una batería de 30 kWh y promete hasta 220 kilómetros de autonomía homologada. Le sigue la versión Boost, con un precio de 15.780 euros con promociones y ayudas,con 43,2 kWh y un alcance de 322 kilómetros, mientras que la opción Comfort se mantiene en la misma capacidad de batería, pero con una potencia superior de 156 CV y una autonomía de hasta 310 kilómetros. Esta última parte desde 18.820 euros con ayudas y promociones. El equipamiento de serie es amplio en todas las versiones, destacando por su dotación tecnológica, pantalla central de gran formato y elementos de seguridad activa.
Cabe destacar que la oferta actual incluye en forma de regalo el cargador a los primeros 500 compradores, aunque la instalación corre a cuenta del cliente, lo que refuerza la agresividad comercial de la marca en esta fase inicial. Estas condiciones están vigentes solo durante los primeros meses de comercialización y limitadas a un número determinado de unidades.
Precio de lanzamiento: atractivo puntual o estrategia sostenida
El Dolphin Surf es la versión europea del BYD Seagull, un modelo que ya ha cosechado una fuerte demanda en el mercado chino. En Europa, su llegada marca una nueva etapa para la marca, que busca posicionarse como una referencia en movilidad eléctrica accesible. Sin embargo, lo destacable en este caso es que buena parte de su atractivo económico depende de campañas promocionales con fecha de caducidad, en conreto el 30 de junio de 2025, y ayudas públicas sujetas a disponibilidad presupuestaria.
La oferta de lanzamiento finaliza a finales de junio, momento a partir del cual los precios podrían, aunque no se sabe hasta qué punto la marca lo hará o no, ajustarse si no se prorrogan las condiciones actuales. Además, el importe mínimo alcanzable en España requiere acogerse al Plan MOVES III con achatarramiento, una condición que no todos los compradores pueden cumplir y que está limitada por los fondos del programa. La retirada de esta ayuda o su agotamiento elevaría sustancialmente el coste final del vehículo.
Por otro lado, la sostenibilidad a medio plazo de esta política de precios plantea interrogantes. Reducir el precio de entrada de un vehículo eléctrico por debajo de los 20.000 € implica trabajar con márgenes muy ajustados, y no está claro si la marca podrá mantener este nivel tarifario una vez finalice la fase de introducción. Hasta el momento, BYD no ha confirmado si esta política se consolidará como estrategia permanente o si responde únicamente a un impulso puntual para acelerar su implantación en el mercado europeo.
El contexto actual del mercado eléctrico, con una creciente competencia y movimientos constantes en la política de precios, añade incertidumbre sobre cuál será el escenario tarifario a medio plazo. En este sentido, la posición de BYD podría depender tanto de su capacidad para escalar producción como de las futuras decisiones de sus competidores directos.