Donald Trump ha puesto un pie en Washington de forma pública más un año después de haber abandonado la Casa Blanca. En la misma ciudad, un comité del Congreso estudia la implicación de la administración Trump en el asalto al Capitolio. La investigación ha dejado clara la implicación del expresidente y ha puesto bajo el foco público algunos de los detalles más escandalosos de la actuación de Trump en aquellas horas. Sin embargo, el expresidente se ha plantado en la capital para hacer un discurso donde, como quién se niega a aprender nada, se ha reivindicado como ganador de los comicios.

Trump está dispuesto a tropezar una vez y otra con la misma piedra. Como si no hubiera pasado el tiempo, el discurso del exmandatario contenía las mismas proclamas incendiarias que exhibe desde 2016. "Nuestro país ha sido puesto de rodillas, literalmente de rodillas. (...) Solo hace dos años teníamos una economía floreciente como nunca se había visto antes, la frontera más fuerte y segura en la historia de los Estados Unidos, independencia energética y precios de la gasolina históricamente bajos," ha afirmado. Frontera, economía y apelación a un pasado mejor que nunca existió como lo define, estos siguen siendo los pilares del discurso de Trump, que repite una vez y otra.

Se ha presentado como un mártir ante sus seguidores en el discurso que ha pronunciado en el centro de pensamiento conservador America First Policy Institute. "Si renuncio a mis creencias, si acepto quedarme en silencio y en casa, sería fácil. La persecución a Donald Trump cesaría inmediatamente, pero no lo puedo hacer porque amo nuestro país y su gente", ha sostenido.

Trump 2024

"Tuve muchos millones más de votos. Quizás lo tuvimos que volver a hacer", ha afirmado en su discurso el exmandatario. De esta manera reafirmar los rumores que ya hacía semanas que corrían dentro y fuera del partido republicano: Trump abre la puerta a presentarse a las elecciones de 2024. Su potencial competidor en las primarias republicanas sería su antigua mano derecha y nuevo rival desde los últimos comicios: Mike Pence.

Justamente, mientras Trump daba su discurso rodeado de seguidores, Pence se encontraba haciendo una declaración en referencia a los hechos del Capitolio: "Es esencial que en un momento que tantas familias lo están pasando mal no caigamos en la tentación de mirar atrás".

Pence se negó a seguir siguiendo la corriente en Trump cuando este se enrocó a afirmar que él era el ganador de las elecciones de 2020. Si bien Pence ha jugado un papel destacado en el auge de Trump y en sus políticas más beligerantes, cuando el expresidente se negaba a reconocer los resultados de las elecciones, se decidió a bajarse del barco trumpista. Todo fue visto con como alta traición por Trump y sus seguidores, a quién pedían enviar a Pence en la horca el 6 de enero de 2021.