Siendo un hombre con libertad con cargos, Donald Trump ha salido de los juzgados de Nueva York y ha rehecho el camino hacia lo que se ha convertido en su cuartel general: su mansión de Mar-a-Lago, en Florida. Es allí desde donde, después de una jornada extrañamente contenido, ha desatado su ira ante sus seguidores. En un discurso mucho más corto que de costumbre, Trump ha recurrido al victimismo, la agresividad y las amenazas veladas (y no tanto) que caracterizan su marca. "Este caso infundado se hizo para interferir en las elecciones del 2024 y tendría que ser desestimado", ha subrayado.

Que todo es una persecución política es la base del argumentario de Trump en este caso. El expresidente y sus seguidores sostienen que todo este proceso judicial no tiene nada que ver con los actos de Trump, sino con la voluntad evitar que vuelva a la Casa Blanca. "El único crimen que he cometido ha sido defender este país de quien lo quiere destruir", ha sostenido solemnemente, sin mencionar nada de los cargos que se le imputan.

Trump se defiende atacando

Como es costumbre, Trump se ha defendido atacando. ¿A quién en esta ocasión? Al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y al fiscal de Manhattan, Alvin Bragg. "Él (Bragg) sabía que no había caso y presentó esta acusación ridícula. Incluso los demócratas dicen que aquí no hay delito y nunca se tuvieron que radicar estos cargos", ha afirmado.

De Biden ha criticado su tarea como presidente repitiendo los mismos mantras de siempre. "El pobre liderazgo del presidente Biden puede llevar a una guerra nuclear y no estamos muy lejos de eso", ha reiterado y ha añadido: "Los EE. UU. son un desastre, Rusia se ha unido con China y la Arabia Saudí con Irán, eso nunca habría pasado conmigo de presidente, incluso la guerra de Ucrania no habría pasado".

Como colofón, Trump ha afirmado que quien no sigue la ley son sus adversarios, no él mismo. "Ellos no siguen la ley. (...) el sistema de justicia de los EE. UU. ya no tiene ley y se utiliza para ganar elecciones", ha sentenciado rodeado por algunos de sus seguidores más fieles que lo han acompañado en su discurso a Florida. El público ha celebrado cada palabra del expresidente estadounidense, llegando a interrumpir con sus gritos entusiasmados. En este espacio cómodo y acrítico con sus afirmaciones, Trump se ha reafirmado en su intención de volver a la Casa Blanca.

El caso de Stormy Daniels

El jurado investiga supuestos pagos a la actriz porno Stormy Daniels durante la campaña electoral de aquel año para que no aireara una relación que Trump habría tenido con ella el año 2006. Se trataría de pagos ilegales por valor de 130.000 dólares, ordenados por el expresidente para evitar información que afectara a su campaña. La acusación alega que Trump falsificó documentos para "promover su candidatura".