El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este lunes un "increíble" acuerdo con México con el que asegura se pone fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), en vigor desde 1994, y del que queda fuera Canadá a la espera de que se sume "pronto".

"Es un acuerdo increíble para ambas partes", ha dicho Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca, antes de conversar por teléfono con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, al confirmar que habían logrado cerrar el pacto bilateral tras semanas de intensas negociaciones.

El mandatario americano ha afirmado que "es un gran día para el comercio" y "un gran día para nuestro país". Trump ha agregado que considera cerrado el viejo pacto por lo que cambiará el nombre y se llamará ahora "Acuerdo de Comercio de EEUU y México", ya que —en su opinión— el NAFTA tiene "connotaciones muy negativas" para los EE.UU..

Por su parte, Peña Nieto calificó el acuerdo de "muy positivo" y añadió que "potenciará la competitividad en la región". El gobernante mexicano ha celebrado "el entendimiento que ha habido entre los equipos negociadores" tras meses de conversaciones "arduas, complejas y no exentas de momentos muy difíciles".

El nuevo pacto incluye el sector automotriz, uno de los puntos más disputados, con el aumento del porcentaje de los componentes que deben proceder de EEUU y México (del 62,5% actual hasta el 75%), y que el 40% de la producción sea hecha por trabajadores que cobren más de 16 dólares la hora.

Asimismo, el pacto tendrá una vigencia de 16 años, con una revisión prevista cuando se cumplan los seis primeros años.

La presión pasa ahora a Canadá, que forma parte del acuerdo comercial desde el inicio y no participó en las últimas conversaciones bilaterales con sus otros dos socios. En la conversación telefónica, Trump marcó distancias respecto a Canadá; mientras que Peña Nieto no aludió al cambio de nombre del acuerdo y expresó su "deseo" de que Ottawa se "reincorpore" al pacto.

En concreto, Trump indicó que está por ver "si Canadá puede ser parte de este pacto (...) Puede ser un acuerdo separado o pueden sumarse".

Minutos después del anuncio en la Casa Blanca, el gobierno de Justin Trudeau, primer ministro canadiense, recalcó que solo firmará el nuevo acuerdo si es "bueno" para su país. "Solo firmaremos un nuevo NAFTA que sea bueno para Canadá y bueno para la clase media", afirmó un portavoz de la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, en un comunicado.

El representante de Comercio Exterior de EE.UU., Robert Lighthizer, anunció que este viernes se enviará al Congreso el texto del acuerdo, con lo que arranca el periodo de 90 días necesario para que sea revisado por los legisladores y situaría el momento de la ratificación "a finales de noviembre". Lighthizer ha liderado el equipo negociador estadounidense, en el que también estuvo implicado Jared Kushner, el asesor presidencial y yerno de Trump.

Por el lado mexicano, las conversaciones estuvieron encabezadas por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo; junto con el canciller mexicano, Luis Videgaray, y Jesús Seade, designado como jefe negociador del NAFTA por parte del equipo del próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

El impulso para reabrir el NAFTA, considerado hasta entonces un éxito de la integración comercial por los gobiernos de las tres países vecinos, fue la llegada a la Casa Blanca de Trump en 2017, quien lo calificó en reiteradas ocasiones como un "desastre".

El NAFTA, un acuerdo en vigor desde 1994 entre México, Canadá y EE.UU., engloba más de 1 billón de dólares anuales de intercambio.