Los talibanes han salido a las calles este martes para celebrar con disparos al aire el fin de dos décadas de ocupación estadounidense de Afganistán, después de tomar el control del aeropuerto internacional de Kabul tras la salida antes de la medianoche de los últimos soldados estadounidenses del país.

Fuerzas especiales de los talibanes, de la conocida como unidad 313 Badri, han entrado en el aeropuerto de Kabul una hora después de que el último avión estadounidense abandonase la zona militar del aeródromo, tomando el control total por primera vez de la última base de Estados Unidos tras veinte años de conflicto.

"En la medianoche de Afganistán, el último grupo de soldados estadounidenses salió del aeropuerto de Kabul. Se completó así la retirada de las fuerzas estadounidenses y nuestro país y los afganos lograron su plena independencia", ha afirmado a Efe uno de los principales portavoces de los talibanes, Qari Yusuf Ahmadi.

Kabul y la mayoría de las principales ciudades afganas han sido testigos de masivos disparos al aire de celebración, que se han prolongado casi una hora, después de que se confirmara la salida de los últimos soldados estadounidenses de Afganistán.

Momentos de pánico

Los intensos disparos han creado escenas de pánico entre la población, pero el principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, ha avisado en Twitter que la gente no tenía nada que temer, que "los sonidos de los tiroteos en Kabul son disparos de celebración para festejar la retirada de las fuerzas estadounidenses".

EE.UU trasladará a Catar su misión 

El secretario de Estado americano, Antony Blinken, anunció este lunes que Washington trasladará a Catar su misión diplomática en Afganistán, tras la culminación del repliegue militar. 

En un discurso desde la sede del Departamento de Estado, Blinken esbozó los principales puntos de la política exterior de su país a partir de ahora respecto a Afganistán, donde los talibanes han recuperado el poder.

El titular de Exteriores indicó que se va a crear un nuevo equipo diplomático para instalar la misión en Doha, que estará capitaneado por el que ha sido hasta ahora el encargado de negocios de la embajada en Kabul, Ross Wilson.

Desde la capital catarí se ofrecerán servicios consulares, además de gestionarse la ayuda humanitaria para Afganistán, y se trabajará con los aliados y socios para "coordinar" el trato con los talibanes.

"Un nuevo episodio de la relación de EE.UU con Afganistán ha comenzado. La misión militar ha acabado. Una nueva misión diplomática ha empezado", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.

Explicó que en esta nueva era de la política exterior estadounidense hacia el país centroasiático Washington se centrará primero en continuar con sus "esfuerzos incansables" para ayudar a los estadounidenses, nacionales extranjeros y afganos, que quieran irse de Afganistán.

 

Foto principal: Un soldado afgano / EFE