El equipo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ya ha dejado Kyiv para dirigirse a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, controlada por los rusos desde el mes de marzo. La intención es llevar a cabo una inspección y evaluar los daños que hayan podido causar los recientes bombardeos que ha habido junto a la planta. Hace días que la central nuclear se ha vuelto protagonista y Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de atacarla. Los expertos, sin embargo, consideran que los peligros de un accidente nuclear no serían comparables a los de Chernóbil ni Fukushima. A pesar de todo, los bombardeos no se detienen y la situación en torno a la planta es complicada y peligrosa.

Rusia bombardea las rutas en la planta nuclear

Ucrania ha acusado a Rusia de bombardear deliberadamente las carreteras para que los inspectores de la OIEA no puedan entrar en la planta de Zaporiyia y evaluar los daños. Un asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dicho que Rusia intentaba forzar la misión del organismo a través de Crimea y partes de las regiones de Lugansk y Donetsk ocupadas temporalmente por las fuerzas de Moscú. Otro asesor presidencial también ha validado esta teoría y ha destacado el interés del Kremlin para que los investigadores pasen por los territorios ocupados.

El mismo Zelenski también ha afirmado que Rusia "no para las provocaciones precisamente en aquellas direcciones donde se supone que la misión tiene que llegar". "Los ocupantes no han abandonado la planta, continúan los bombardeos y no retiran armas y municiones del lugar. Están intimidando a nuestro personal. El riesgo de una catástrofe nuclear a causa de las acciones rusas no disminuye ni una hora", ha expuesto.

El Kremlin acusa a Ucrania de los bombardeos

La administración prorrusa de Energodar ha denunciado este martes un nuevo ataque ucraniano contra la planta. Según el comunicado, las fuerzas ucranianas utilizaron artillería de gran calibre y "se registraron dos impactos al lado del edificio del depósito de combustible gastado". La administración prorrusa aseguró que con estas acciones la parte ucraniana quiere impedir la visita de la agencia atómica de la ONU.

Por otra parte, así como Ucrania acusa a Rusia de boicotear la misión de la ONU, el Kremlin también constata que Kyiv no quiere que se lleve a cabo esta investigación. "Confiamos en que la misión (de la OIEA) se llevará a cabo, como se ha acordado. Vuelvo a repetirlo: estamos interesados en esta misión y lo esperamos desde hace mucho", ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, este martes.

Ha añadido, además, que Rusia insiste a "llamar la atención de toda la comunidad mundial sobre la conducta irresponsable de los militares ucranianos, que con sus ataques contra la central de Zaporíjia ponen en peligro la instalación, los territorios de los alrededores y una geografía mucho más amplia". Al mismo tiempo, ha insistido que "la operación militar especial (en Ucrania) continúa de manera metódica, de conformidad con los planes, y todos sus objetivos serán cumplidos".

 

Imagen principal: soldado ruso en Mariúpol / Efe