Marcas icónicas como Coca-Cola abandonaron Rusia meses después del inicio de la guerra. Las empresas se retiraron en primavera, y fue una respuesta a la presión pública y de los inversores. Algunas, como Coca-Cola, concretaron su salida en agosto, después de cinco meses, y otras, como McDonald's, vendieron sus negocios. Procter & Gamble se habría quedado vendiendo solo productos esenciales.

Hay que recordar que la primera vez que la Coca-Cola estuvo disponible en la Unión Soviética fue en el año 1979. A pesar de marcharse, esta popular marca ya se enfrenta a luchas contra productos del mercado gris, que son importaciones no autorizadas, y las imitaciones rusas de los productos oficiales de Coca-Cola.

El caso es, sin embargo, que en Rusia todavía se pueden encontrar latas de Coca-Cola, y la habilidad para esquivar las sanciones empieza a ser un deporte de oficio nacional. En este sentido, el académico de la Universidad Federal de Vladivostok Artyom Lukin describe a través de Twitter que, aunque Coca-Cola ha abandonado Rusia, todavía se pueden encontrar. Él lo atribuye a "importaciones paralelas", y hay algunas procedentes de diferentes lugares. Concretamente, ha compartido dos imágenes: una de Japón y otra de China.

Productos que también esquivan sanciones

El mismo académico también expone que ha encontrado los chicles Orbit que hacía tiempo que no veía. En este sentido, destaca que concretamente los de la fotografía que adjunta están fabricados en San Petersburgo. "La industria alimentaria rusa está encontrando maneras de hacer frente a las sanciones".

Normalmente, los gobiernos rechazan las solicitudes de marcas que son idénticas o muy parecidas a marcas existentes, según expertos en propiedad intelectual. Pero el gobierno ruso expuso la primavera pasada un decreto que permite a las empresas utilizar patentes de países considerados "antipáticos", como Estados Unidos y Reino Unido, sin pagar al propietario de la propiedad intelectual, poniendo las marcas occidentales a la defensiva.

Rusia, en este contexto, permite ahora "importaciones paralelas" o artículos del mercado gris para determinados sectores, como, por ejemplo, calzado o productos de higiene femenina.

 

Imagen principal: una mano sostiene una lata de Coca-Cola / Unsplash