El poder legislativo de Estados Unidos sigue bloqueado. Ni las palabras de Donald Trump instando a los republicanos díscolos a rectificar después de que este martes impidieron en tres ocasiones que su compañero de filas, Kevin McCarthy, fuera elegido presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, han servido para poner fin a la guerra que vive el Partido Republicano. Quien fue presidente del país norteamericano entre el 2017 y 2021 ha pedido cerrar filas con McCarthy y aprovechar la mayoría absoluta de la cual disfruta la formación en el Congreso después de las elecciones del pasado mes de noviembre. En cambio, los 20 representantes del ala más próxima a la extrema derecha de los republicanos se han enrocado y han torpedeado, nuevamente, en una cuarta, quinta y sexta votación, que Kevin McCarthy lidere la cámara baja. A pesar de no tener ya la mayoría en el hemiciclo, el candidato de los demócratas, Hakeem Jeffries, ha sumado más votos (212) que McCarthy (201).

De hecho, este martes, McCarthy había reunido 203 apoyos en las dos primeras votaciones, pero en las tres siguientes constató que otro miembro del Partido Republicano se alineaba con los críticos y perdía un voto. Los díscolos votaron de la siguiente manera: en la primera, 10 de los 19 votaron al congresista Andy Biggs y, los 9 restantes, a nadie. En cambio, en la segunda y en la tercera todos votaron a Jim Jordan, mientras que en la cuarta, quinta, y sexta, celebradas este miércoles, ha emergido un nuevo candidato entre los discrepantes y los 20 lo han votado: se trata de Byron Donalds que, curiosamente, es la persona que había dado apoyo en las dos primeras votaciones a McCarthy, pero viró en la tercera.

Con todo, el Congreso de Estados Unidos sigue sin poder arrancar por este bloqueo a la hora de elegir a un nuevo presidente en sustitución de la demócrata Nancy Pelosi. Los republicanos tienen 222 representantes, en tanto que el Partido Demócrata tiene 213. Se trata de una situación histórica que no se vivía en la Cámara de Representantes desde hace justo un siglo. Entonces, el año 1923, se tuvieron que celebrar hasta nueve votaciones para elegir a un nuevo líder y, por lo tanto, de la tercera máxima autoridad del país norteamericano. Todavía hay un precedente unos años más atrás en que el caos en la 'House' fue más prolongado: en 1855, se tuvieron que hacer 133 votaciones. Así pues, el colapso se mantendrá hasta que no haya un candidato que reúna 218 votos, que representan la mayoría absoluta.

Dadas las circunstancias y ante la perspectiva de que la noche va a ser larga ante los intentos de McCarthy de ser investido, los representantes del partido republicano han pedido pizzas para cenar en el mismo Congreso. De momento, tanto republicanos como demócratas se preparan para afrontar una sexta votación que, viendo los precedentes, es más que probable que no sirva para investir a ningún representante como Presidente de la Cámara de Representantes de los EE. UU.

"No convirtáis la victoria en una derrota gigante y vergonzosa"

Unas horas antes de que se celebrara estas dos votaciones, Donald Trump se había pronunciado en la red Truth Social para pedir a sus compañeros de partido que no convirtieran la victoria de noviembre en una "derrota gigante y vergonzosa". Desde el punto de vista de Trump, Kevin McCarthy podría hacer "un muy buen trabajo" al frente de la Cámara de Representantes. En cambio, los críticos con McCarthy, unidos en el grupo ultraconservador Freedom Caucus, sostienen que tienen que seguir firmes en su posicionamiento porque se sienten "menospreciados" por el candidato republicano a líder de la cámara: "No ha querido negociar con nosotros", denuncian, medidas como la reforma del reglamento de los debates o los representantes que tienen que presidir los distintos comités del Congreso. Por su lado, Kevin McCarthy ha reprochado a los díscolos que "piensen más en cargos para ellos mismos que en el país". Quien también se ha pronunciado sobre la cuestión es el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha señalado que lo que pasó el martes en el hemiciclo es "vergonzoso".