Continúa el embate entre Polonia y Bruselas por la separación de poderes. Hace unos meses, la Unión Europea sancionó el país por la falta de imparcialidad en su sistema judicial, dejándolo sin fondos de recuperación europeos. Semanas después, y en medio del estallido de la guerra en Ucrania, parecía que las partes habían llegado a un compromiso, y que la Comisión Europea había cedido a desbloquear el dinero-- 35.000 millones de euros-- bajo la condición que llevaran a cabo una gran reforma de la justicia, sobre todo con respecto a las presiones a los jueces. Pero el tiempo va pasando y las ayudas económicas de la UE siguen sin llegar, porque los supuestos cambios no han recibido la aprobación de la UE. Ante el aplazamiento de este conflicto, el partido que lidera el gobierno polaco amenaza ahora con dejar de pagar los intereses de la deuda comunitaria. Además, el secretario general del partido ultra, Krysztof Sobolewski, ya amenazó con que Polonia podría vetar las decisiones que requieren la unanimidad de los estados miembros a Bruselas. ​"A partir de ahora aplicaremos la táctica del ojo por ojo," amenazó.

Ojo por ojo

El partido ultraderechista que lidera la coalición de gobierno en Polonia ha sugerido este miércoles que el país podría dejar de pagar los intereses de la deuda comunitaria si no recibe su parte de los fondos de recuperación europeos. "Parecía que Bruselas cumpliría los acuerdos y liberaría los fondos. Si el dinero no se moviliza, no veo ningún motivo para continuar con las devoluciones", ha declarado el portavoz del Partido de la Ley y la Justicia (PiS), Radoslaw Fogiel. "La Comisión Europea se ha puesto en la posición de un prestatario que toma el dinero, se va a las Bahamas y espera que el avalista pague el crédito. Nosotros no seremos este avalista", ha aseverado en declaraciones en la radio Wnet recogidas por Efe. Con todo, el portavoz ha reconocido que el impago unilateral se tiene que decidir con los otros dos partidos que forman el gobierno.

Presiones a los jueces

La Comisión Europea aceptó al principio de junio el plan polaco para recibir su parte de los fondos de recuperación, por un importe de casi 35.000 millones de euros (23.000 millones a fondo perdido y 11.500 en créditos). A cambio, exigió que Varsovia implementara una serie de medidas, como la disolución de la controvertida Cámara Disciplinaria Judicial, que según Bruselas socava gravemente el estado de derecho en Polonia. El polémico órgano, con capacidad para imponer medidas disciplinarias a los jueces, fue reemplazado a medios julio por uno nuevo, denominado Cámara de Responsabilidad Profesional. Este cambio no ha sido visto con buenos ojos desde la UE, que asegura que no cumple con los "hitos" marcados para el país, y que, a consecuencia, "no entregaremos el dinero", declaró a finales de julio a la vicepresidenta de la CE, Věra Jourová.

Conspiración contra Polonia

Otro político del mismo partido ultra y euroescéptico, Jaroslaw Sellin, no ha dudado al culpar una supuesta campaña de conspiración de la oposición polaca para distorsionar la imagen de que proyectan en Europa. Según su versión, la oposición habría convencido a sus "socios en las estructuras de la autoridad europea" que en Polonia "se viola el estado de derecho, que no hay democracia, que hay una dictadura", ha retert. "Se lo creen y escuchan sus consejos sobre cómo se podría cambiar eso y sobre cómo se podría cambiar el Gobierno polaco", ha señalado Sellin. Por su parte, el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, ya apuntó a inicios de esta semana que el Gobierno tendría que adoptar una postura más dura en sus relaciones con la Comisión.