La cifra de muertos a causa de los terremotos en Turquía y Siria no dejan de aumentar y ya han llegado este domingo a las 28.170 víctimas mortales, mientras se siguen rescatando supervivientes de entre los escombros. Estas devastadoras cifras, pero seguirán aumentando a medida que pasen los días y la ONU teme que se pueda llegar hasta las 50.000 víctimas mortales. Las consecuencias del terremoto, pero no se contabilizan solo con víctimas, sino que las pérdidas materiales y económicas son casi incalculables. Hoy por hoy, tanto en terreno turco como sirio, las fuerzas de rescate están centrando sus esfuerzos a rescatar con vida a todo el mundo que quede bajo los escombros, pero, cinco días después de los seísmos, se empieza a perder la esperanza al encontrar supervivientes.

Si hablamos de cifras concretas, en Turquía los muertos son ya 24.617, según la última actualización hecha pública por el vicepresidente turco. Además, la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) ha indicado que hay más de 80.000 heridos, 93.000 evacuados y más de 166.000 personas participando en las labores de rescate, de los cuales 8.000 son especialistas extranjeros. Por otra parte, Siria acumula ya 3.553 muertos y 5.276 heridos, aunque estas cifras podrían aumentar a causa de las difíciles condiciones humanitarias en el país, que se encuentra en guerra desde hace doce años. El Consejo de Seguridad de la ONU ya ha anunciado que se reunirá al principio de la próxima semana para evaluar las necesidades humanitarias en el noroeste de Siria, después de que el mismo secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, haya pedido a este órgano que autorice el uso de cruces fronterizos para hacer llegar ayuda en zonas bajo control opositor.

Pero las cifras no muestran el dolor, la impotencia, la frustración o la tristeza de los afectados. Se calcula que más de seis millones de personas, casi toda la población de Catalunya, se han quedado sin hogar en Turquía y Siria. Las tiendas de acampada y las carpas se multiplican a ritmos acelerados en las zonas que han recibido ayuda humanitaria para tratar de acoger a todos los afectados. Pero a pesar de estas ayudas, las pérdidas materiales y sentimentales son incalculables, vidas hundidas en cuestión de según, y muchas de estas vidas ya venían marcadas por los estragos de la guerra de Siria, que generó más de cinco millones de refugiados y una división en el país que complica las operaciones de rescate y ayuda humanitaria.

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El terremoto ha hecho estragos a Siria / Foto: Anas Alkharboutli, Europa Press

La Siria rebelde se ahoga sin ayuda internacional

Después de 12 años de guerra, que ha causado estragos en Siria y ha dejado el país en una situación de pobreza y devastación muy grave, ahora el terremoto ha acabado de dar la estocada final en las zonas rebeldes del país, que no cuentan con el apoyo del gobierno ni del presidente sirio, Bashar al-Ássad. La región rebelde de Siria, situada en la zona noroeste y fronteriza con Turquía, ha sido una de las áreas más afectadas por el seísmo, que ya ha dejado más de 3.500 muertos. Casi ningún equipo de rescate y ayuda internacional ha llegado hasta estos lugares y las complicadísimas tareas de rescate las están llevando a cabo los mismos habitantes de las ciudades y pueblos afectados con excavadoras y camiones. Por este motivo, la ONU ha asegurado que trabaja para aumentar sus envíos humanitarios en estas zonas rebeldes del noroeste de Siria, tanto a través de la frontera turca como desde regiones sirias en manos de actores rivales, por donde esperan ingresar materiales médicos y alimentos tan pronto como reciban "luz verde".

Este sábado un convoy con ayuda humanitaria de Naciones Unidas llegó a las áreas opositoras del noroeste de Siria a través de un paso fronterizo con Turquía, en el tercer envío realizado desde el terremoto del lunes y el primero con suministros específicos para los afectados por el seísmo, según ha informado EFE. Los vehículos contienen materiales médicos, tiendas de campaña y otros productos humanitarios. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, por parte suya, ha llegado aeropuerto de Alep, una de las provincias del noroeste de Siria que han sufrido más daños por los seísmos del lunes, para evaluar la escasez de suministros en el país árabe. La agencia de noticias oficial siria SANA dijo que el jefe de la OMS "visitará algunos hospitales y refugios de Alep con el ministro de Salud de Siria, Hasan en el Ghobash," con el gobernador de esta provincia y otras autoridades.

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Una mujer en un cementerio en la zona noroeste de Siria, después del terremoto. / Foto: Sedat Suna, EFE

120 horas después del seísmo todavía se rescatan supervivientes

Más de 120 horas después del seísmo, todavía se producen rescates "milagro" de entre los escombros. Es un ejemplo, un bebé de dos meses y un niño de 13 años en la provincia de Hatay, en Turquía, 128 horas después de los devastadores terremotos. En la ciudad de Nurdag, en la provincia de Gaziantep, los equipos de salvamento consiguieron rescatar con vida a los cinco miembros de una familia que habían pasado 129 horas sepultados por las ruinas. Por la mañana, en Kahramanmaras, los canales de televisión turcos han retransmitido en directo el rescate de una mujer de 70 años, de entre los escombros, 121 horas después del terremoto. Entre los supervivientes, la situación es muy complicada: en torno a un millón de personas se han quedado sin hogar -según datos oficiales- en una amplia zona del sureste de Turquía que abarca diez provincias y que es mayor que la superficie de un país como Portugal. A la falta de vivienda se unen las dificultades con los servicios más básicos de agua, electricidad y calefacción en pleno invierno, por los cuales los sanitarios ya temen epidemias.

Los terremotos de magnitud 7,7 y 7,6 del lunes tuvieron su epicentro en la provincia de Kahramanmaras y afectaron a más de 13 millones de personas en 10 provincias. Se han producido, además, más de mil réplicas, que han generado un alto grado de destrucción en todas las zonas afectadas, dejando a más de 28.000 muertos y casi 100.000 heridos.