La República de Namibia, país del suroeste africano que desde 1884 y hasta el fin de la Primera Guerra Mundial formó parte del imperio alemán bajo la forma de la colonia del África del Suroeste, ha reprochado públicamente a la antigua metrópoli su apoyo a Israel ante las acusaciones de genocidio en Gaza en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, recordando que Alemania perpetró el que se ha considerado el primer genocidio del siglo XX, contra los pueblos herero y nama, que diezmaron las poblaciones respectivas entre los años 1904 y 1908. Para el gobierno namibio, no se entiende que Alemania, que reconoce oficialmente que perpetró el genocidio en tiempo del káiser Guillermo II, último emperador de Alemania, ahora apoye a Israel.

Ante esta situación, el gobierno namibio hizo público este sábado por la noche su posicionamiento oficial y señaló, en un comunicado distribuido en redes sociales, que "rechaza el apoyo de Alemania a la intención genocida del Estado racista israelí contra civiles inocentes en Gaza". El comunicado evoca que en la primera década del siglo XX el imperio alemán perpetró un genocidio "en el cual decenas de miles de namibios inocentes murieron en las condiciones más inhumanas y brutales" y señala que el gobierno alemán "todavía tiene que expiar completamente el genocidio que cometió en tierra de Namibia".

Según el mismo comunicado, el presidente de Namibia, Hage G. Geingob, expresa "una profunda preocupación" por el apoyo mostrado por Alemania a Israel ante "la acusación moralmente justa presentada por Sudáfrica" en que se acusa Israel de cometer genocidio en Gaza. "Alemania no puede expresar moralmente su compromiso con la Convención de las Naciones Unidas contra el genocidio, incluida la expiación del genocidio en Namibia, a la vez que da apoyo al equivalente a un holocausto y un genocidio en Gaza", afirma el gobierno namibio, que recuerda las palabras de Geingob según las cuales, "ningún ser humano amante de la paz puede ignorar la carnicería que se lleva a cabo contra los palestinos en Gaza" y reclama la reconsideración del posicionamiento alemán.

El primer genocidio del siglo XX

El denominado primer genocidio del siglo XX tuvo lugar como cruenta reacción de las fuerzas del imperio alemán contra la rebelión de los herero, que se alzaron en armas contra el dominio colonial y a los cuales se añadieron los nama. Tras una derrota militar a manos del general alemán Lothar von Trotha, los miembros de los dos pueblos fueron obligados a marcharse al desierto de Omaheke, donde la mayoría murió a consecuencia del hambre y la deshidratación, mientras que otros fueron internados en campos de concentración. Se considera que murieron 65.000 herero (de un total de 80.000) y 10.000 nama (de 20.000).

La consideración de genocidio no llegaría hasta 1985 gracias al Informe Whitaker de las Naciones Unidas, que clasificó la represión posterior a la guerra como un intento explícito de exterminio de los herero y nama. En 2004 el gobierno alemán reconoció y se disculpó por los acontecimientos y en 2015 el gobierno alemán y el presidente del Bundestag reconocieron específicamente que se había tratado de un "genocidio", pero en las dos fechas se rechazó ningún tipo de indemnización por aquellos hechos a los descendientes de los supervivientes.

Controversia por las indemnizaciones

Con todo, el gobierno alemán aceptó muy recientemente, en 2021, y después de años de negociaciones con el gobierno namibio, la posibilidad de indemnizar a las víctimas, pero no a partir de pagos individualizados a los descendientes de los supervivientes, sino por medio de un programa de desarrollo en Namibia por valor de 1.100 millones de euros a invertir durante un periodo de 30 años. La propuesta alemana generó controversia entre el gobierno namibio y la oposición con el añadido que, según apunta la agencia Efe, los representantes de los herero y nama exigen indemnizaciones individuales, una posibilidad de la que Alemania no quiere oír hablar. En todo caso, el posicionamiento alemán sobre las acusaciones de genocidio a Israel ha hecho que Namibia haya podido evocar la matanza y reivindicar su voz en el plano internacional.