Las democracias liberales afrontan una tendencia negativa generalizada, con retrocesos claros en aspectos como la representación y los derechos, apunta el informe anual del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional). En este documento se apunta que es el sexto año consecutivo de recesión democrática por todo el mundo, el periodo más largo que ha visto la organización desde que empezó a recoger datos en 1975. El deterioro de la democracia por todo el mundo comprende desde la integridad de los procesos electorales a la independencia del poder judicial, la seguridad o la libertad de expresión y de reunión.

"Creo que el panorama sigue siendo negativo, muy adverso para la democracia a escala global", explica a EFE el secretario general de IDEA, Kevin Casas-Zamora, que resalta tres grandes preocupaciones: la "brecha" entre Occidente y el resto del mundo, la falta de respuesta a las demandas sociales y el caso de los Estados Unidos. El informe apunta que este declive se extiende por todo el mundo, incluso en los países con más tradición democrática. Por ejemplo, en el continente europeo se resaltan caídas "significativas" en varios indicadores democráticos, aunque sigue siendo la región con mejor ejercicio.

Algunos brotes verdes

El informe también reconoce algunos "brotes verdes", como la caída de la corrupción, especialmente en África, y el alto nivel de participación política, que coincide con un desplazamiento del centro de gravedad de la democracia desde las instituciones al activismo cívico. Casas-Zamora se muestra optimista en algunos aspectos, como la participación ciudadana: "La energía de la democracia y el futuro están cada vez más ligados a lo que hagan los ciudadanos. Creo que la gente se está volviendo mucho más consciente de sus derechos y está más dispuesta a salir a reclamarlos".

Qué hacer para revertir la situación

Ante el declive democrático, el informe resalta el papel "clave" para frenar los abusos de poder de las instituciones compensatorias, término que incluye organismos de gestión electoral, agencias anticorrupción, movimientos populares, organizaciones de derechos humanos o el periodismo de investigación. Reforzar el papel de estas instituciones es una de las recomendaciones de política pública que sugiere IDEA, así como dar apoyo a los procesos electorales, impulsar los mecanismos que garanticen la participación y las elecciones justas. Además, se reivindican las políticas de transparencia y el acceso a la información.