Estos días con la victoria de Benjamin Netanyahu en las elecciones israelíes se ha podido ver en las redes como algunos lo felicitan diciendo "Mazal Tov" y otros diciendo "Mazel Tov". ¿Cuál es el saludo hebreo correcto? Pues lo son los dos, pero obedecen a dos momentos históricos diferentes y a dos idiomas diferentes. Las dos expresiones, sin embargo, tienen el mismo significado de buena suerte y escritas no se pueden distinguir porque las palabras no incluyen ninguna vocal. 

Mazel Tov, con e, es la expresión en lengua yiddish, y es la más popular porque se difundió por todo el mundo a través del cine. No proviene del hebreo sino del arameo, el idioma que se popularizó en el Oriente Próximo hacia el siglo I antes de Cristo y que fue hegemónico hacia el año 300. Los judíos asquenazíes que sólo usaban el hebreo en las ceremonias religiosas mantuvieron la expresión aramea para felicitar en yiddish, el idioma judeo-alemán. Hay que recordar que hebreo y arameo comparten el mismo alfabeto.

Mazal Tov, con a, es la expresión en hebreo, y por lo tanto no se utilizó hasta que este idioma volvió al uso de calle en la segunda mitad del siglo XIX. El Pompeu Fabra del hebreo, pero con un trabajo más mastodóntico porque hizo de un idioma clásico de la antigüedad una lengua moderna, fue Eliezer Ben Yehuda. Nacido en Bielorrusia, estudió en la Universidad de París, y finalmente se marchó hacia la Tierra de Israel convencido de resucitar el hebreo. Era un trabajo que al inicio nadie entendía, y además muy complicado desde el punto de vista lingüístico. En el hebreo bíblico no hay teléfonos, coches, ferrocarriles, ni despertadores, y todo eso se tenía que elaborar partiendo de cero, y la Biblia tiene expresiones arcaicas bellísimas que se tenía que ver como se aplican a una lengua moderna. Lo mismo hizo respecto a las declinaciones verbales.

Una vez hecho este trabajo, Ben Yehuda se planteó en el cambio de siglo cómo podía difundir el nuevo hebreo, si sólo lo sabía él. Y optó por enseñar a su hijo únicamente este idioma. Ben-Tsion, que es como se llamaba el hijo, fue el primer hablante del hebreo moderno. Y narró su experiencia en un libro como una situación muy dura, por la incomunicación social. Esta posición firme, sin embargo, fue la que salvó el hebreo. Y el hecho es que al principio del siglo XX, durante el mandato de la denominada Palestina británica [el nombre que recuperaron los ingleses de los romanos], la mayoría de judíos empezaron a hablar hebreo entre ellos. Así pasaron a felicitarse diciendo "Mazal Tov", siguiendo la lógica fonética de la lengua. Hoy día es un idioma totalmente implantado y que no sufre ningún retroceso, aunque Israel tiene dos idiomas oficiales: el hebreo y el árabe. I una presencia masiva del inglés.