La batalla por la sucesión del líder palestino se calienta. El líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, se está viendo sometido a una fuerte presión para convocar la asamblea general del partido gobernante Fatah, para tomar decisiones que apunten hacia nuevos liderazgos que lo sucedan. La asamblea, también conocida como la Conferencia General de Fatah, se debe reunir cada cinco años para aprobar los "programas políticos y militares" del partido árabe y escoger miembros de los dos principales órganos internos: el Comité Central de Fatah (ejecutivo) y el Consejo Revolucionario de Fatah (legislativo). La última vez que se reunieron, la séptima asamblea, se alargó hasta los cinco días, y asistieron 1.411 delegados, que volvieron a escoger Abbas como comandante general del Fatah. Pero ahora, con la avanzada edad del líder y las múltiples presiones, la Conferencia General podría decidir un nuevo liderazgo.

La octava asamblea se tendría que haber reunido hace meses, pero las crecientes presiones entre los altos funcionarios palestinos hicieron que se aplazara. El secretario general del Fatah, Jibril Rajoub, es considerado por muchos palestinos como uno de los principales candidatos para suceder Abbas. Es por eso, que estos mismos seguidores están haciendo hervir la olla cada vez más para celebrar la Conferencia General y apostar por Rajoub. Sin embargo, hay otras caras que también están cogiendo bastante dentro del Fatah. Tal como recoge The Jerusalem Post, "El objetivo principal es socavar y posiblemente deshacerse de los líderes de Fatah como Marwan Barghouti, Tawfik Tirawi y Nasser al-Qidwa", argumentan funcionarios. "Al mismo tiempo, la próxima conferencia se utilizará para mejorar todavía más el estatus del secretario general de la OLP y miembro del Comité Central de Fatah, Hussein al-Sheikh, quienes ya son considerados por algunas personas como el presidente siguiente," argumentan.

Varios expertos aseguran que el Fatah está atravesando una de las crisis más duras que ha vivido en cuatro décadas. Muchos altos cargos presionan internamiento, el partido es débil, sufre disputas internas y hay mucha corrupción. El principal problema de Fatah es que no ha aprendido de sus errores pasados. La joven guardia, que una vez ofrecía esperanza para el cambio, se ha vuelto tan mala como la vieja guardia que antes despreciaron," declara un experto sobre el Oriente Próximo al rotativo israelí. Con este cóctel de tensiones la asamblea octava podría desembocar en una guerra de guerrillas partidista entre palestinos para hacerse con la sucesión del Fatah, que actualmente controla la mayoría del territorio palestino.

Misión ONU

A toda esta escaramuza para conseguir el poder en Palestina (Judea y Samaria para los judíos), la autoridad del Fatah ha iniciado una campaña diplomática para obtener la condición de miembro de pleno derecho de la Organización de Naciones Unidas. La estrategia para conseguirlo culminará con el discurso de Abbas en la ONU el 23 de septiembre, donde expondrá sus argumentos para ser admitido. "Faltando una vía política y de esperanza para que los palestinos pongan fin la ocupación, no tienen más remedio que recurrir a la ONU para mejorar el estatus de Palestina como Estado y de los palestinos como pueblo en su tierra bajo ocupación", declaró el portavoz del gobierno palestino, Ibrahim Melhem.

La ONU concedió a la Autoridad Palestina el estatus de Estado observador no miembro en una votación en la Asamblea General en noviembre de 2012, cuando 138 países votaron a favor, 9 se opusieron y 41 se abstuvieron. La resolución incluía "la esperanza de que el Consejo de Seguridad considere positivamente" aceptar la solicitud de adhesión llena. Abbas la presentó en septiembre de 2011, pero cayó en el Consejo de Seguridad porque los Estados Unidos amenazó de usar su veto.