Decenas de miles de ciudadanos de Hong Kong han formado este viernes una cadena humana que ha enlazado varios distritos del centro financiero asiático en una nueva acción prodemocracia. La reivindicación ha conmemorado la cadena humana formada hace justo 30 años en les repúblicas bálticas a favor de la independencia de la URSS y ha emulado la vía catalana del 2013.

A las 20.00 hora local, las 12 del mediodía en Catalunya, un gran número de ciudadanos se reunieron en las calles cerca de estaciones de metro en tres líneas en la isla de Hong Kong, en Kowloon, y en los Nuevos Territorios para tomarse de las manos y crear el "Camino de Hong Kong".

Cadena Humana Hong Kong - EFE

Esta fue una acción pacífica organizada por los internautas a través de LIHKG, un foro utilizado por los manifestantes para organizar este movimiento antigubernamental que ya cumple casi tres meses y que está suponiendo la mayor crisis política en décadas para la urbe.



La protesta de hoy fue un guiño al Camino Báltico o la Cadena Báltica, que tuvo lugar el 23 de agosto de 1989, mediante la cual dos millones de personas de Estonia, Letonia y Lituania se unieron y formaron una larga fila en protesta por la ocupación soviética en la misma fecha hace 30 años.

Las multitudinarias protestas en Hong Kong, que se han sucedido desde principios de junio, mostraban en un principio su rechazo a un proyecto de ley de extradición presentado por las autoridades locales que permitiría la entrega de sospechosos a jurisdicciones sin acuerdos previos como la China continental, algo que los opositores al texto consideran como el fin de las garantías judiciales que ofrece el sistema hongkonés.

Sin embargo, las protestas han ido evolucionando en las últimas semanas hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad y hacia el rechazo a la creciente influencia de Pekín en los asuntos locales.

Bajo el modelo "Un país, dos sistemas", el Gobierno chino se comprometió a salvaguardar la autonomía de Hong Kong y a respetar una serie de libertades de las que no gozan los ciudadanos de la China continental hasta 2047, tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas.