Ha aparecido en Kenia una grieta gigante de varios kilómetros que, según geólogos, podría dividir el continente africano en dos en un futuro. La grieta, de 20 metros de ancho y 15 metros de profundidad, se encuentra en una carretera principal de Mai Mahiu, una ciudad situada en la zona del Gran Valle del Rift, una importante falla geológica y uno de los terrenos más inestables de África. Lo que ha causado la apertura de esta grieta han sido las intensas lluvias, inundaciones y la actividad sísmica en el Valle de Rift. 

La carretera Mai Mahiu es una importante vía hacia la reserva natural y turística de Masai Mara, y se encuentra en una ciudad donde los temblores e inundaciones se notaron desde las casas de sus habitantes. La fisura obligó a las familias a dejar sus hogares ante la advertencia de geólogos de que podría extenderse aún más con las lluvias esperadas en los próximos meses.

Lo que ocurre en el Gran Valle de Rift es que la placa Nubia y la placa Somalí se están separando poco a poco. En el medio, justo en el Rift, el grosor de la corteza es demasiado fino y al producirse roturas acompañadas de seísmos y actividad volcánica se crean estas fisuras. 

Aun que no hay que temer que la grieta llegue hasta el mar y separe el continente en dos. Los procesos geológicos son muy lentos desde el punto de vista humano y aún tendrán que pasar alrededor de 10 millones de años para que del continente se forme en una enorme isla alargada (formada por partes de Etiopía, Somalia y el característico cuerno de África). Se espera que estos cuatro países en el Cuerno de África se separen del continente para formar uno nuevo, la Placa Somalí, en aproximadamente 50 millones de años.

Mientras tanto, los geólogos han advertido de que las autoridades necesitan hacer más para tener en cuenta las líneas de fallas a la hora de planificar sus nuevas carreteras, líneas ferroviarias y proyectos de infraestructura.

La grieta de este valle africano no es igual en toda su longitud. Comenzó al norte hace unos 30 millones de años y se extiende hacia el sur a un ritmo de 2,5 a 5 centímetros al año. Eso significa que en el sur la actividad geológica es diferente y más tranquila que al norte, donde la litosfera se a debilitado más y los procesos volcánicos y sísmicos son frecuentes.