El jefe de la Dirección de Inteligencia de Israel, Aharon Haliva, ha solicitado este lunes poner fin a su cargo, al considerarse responsable de la inacción militar que no evitó el ataque múltiple de Hamás del 7 de octubre pasado, en el que murieron 1.200 personas en territorio israelí.

"En una decisión con el jefe del Estado Mayor y con la aprobación del ministro de Defensa, se ha decidido que el general Aharon Haliva abandonará el cargo y se retirará de las Fuerzas de Defensa de Israel, una vez designado su sucesor", ha anunciado este lunes un comunicado. Haliva se convierte así en el primer alto cargo en dimitir por los fracasos que rodearon el ataque de Hamás, a raíz del cual el ejército inició una investigación interna a finales de febrero. Las conclusiones de este informe se espera que sean presentadas al Jefe del Estado Mayor, el teniente general Herzi Halevi, a principios de junio.

Una investigación interna que busca respuestas

Ya en octubre, Haliva, con 38 años de servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel, asumió parte de la culpa por la lenta respuesta contra miles de milicianos de Hamás, que ese día tomaron el control de más de una decena de comunidades israelíes y llegaron a desplegarse armados en un 3% del territorio.

La investigación interna en curso busca analizar la respuesta de las tropas también en el periodo anterior y posterior al ataque, así como su despliegue en el terreno y los procedimientos operativos usados para anular a los combatientes.

Según una encuesta publicada este lunes y realizada entre los días 14 y 17 de abril por el Instituto de la Democracia de Israel, el 62% de la población israelí —tanto judíos como árabes— consideran que es hora de que dimitan los responsables de los fallos del 7 de octubre, más de seis meses después de la matanza.

La ofensiva más larga y letal de Israel en Cisjordania

Después de 50 horas de batida israelí, 14 palestinos muertos, ambulancias retenidas y medio centenar de viviendas destruidas, los habitantes de Nur Shams, campamento de refugiados palestinos creado en el noroeste de la Cisjordania ocupada, han podido abandonar este domingo su casa y contemplar un barrio arrasado, según detalla Efe. "(Los soldados israelíes) entran como si esto fuera Gaza", ha detallado a la misma agencia uno de los vecinos de Nur Shams, ubicado tres kilómetros al este de la urbe palestina de Tulkarem, mientras alza la voz por encima del ruido de excavadoras y grúas que intentan devolver la normalidad a una población todavía conmocionada. "¿Por qué no tenemos protección internacional? ¿Por qué, dónde está?", se preguntaba uno de ellos, que no quería revelar su nombre por miedo a posibles represalias de Israel, que mantiene una oleada de violencia y represión a lo largo de toda Cisjordania.

Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre pasado, 484 palestinos han muerto en Cisjordania, según un recuento de Efe y datos del Ministerio de Sanidad palestino, en lo que muchos ya ven como una oleada de violencia que tan solo está empezando.