La fuerte dependencia de Estados Unidos de la China para la producción de medicamentos esenciales, como la amoxicilina —uno de los antibióticos más prescritos en el país para tratar infecciones como la neumonía o la amigdalitis—, supone un grave problema de salud pública, según un artículo de la CNN. Actualmente, solo hay un fabricante de este fármaco dentro del territorio norteamericano, mientras que el 80% de las materias primas necesarias para producirlo provienen de China.

Esta situación pone en riesgo el sistema sanitario, especialmente en contextos de pandemia o tensiones comerciales. En un escenario de conflicto con China, como el que se intensificó con las políticas comerciales de Donald Trump, Pekín podría utilizar su control sobre la cadena de suministro farmacéutica como herramienta de presión, lo que podría provocar graves interrupciones en el suministro de fármacos esenciales.

Dependencia farmacéutica: ¿nueva herramienta para apretar a Trump?

Esta dependencia no se limita a la amoxicilina. Otros medicamentos comunes como el ibuprofeno, el acetaminofén o la hidrocortisona también se fabrican mayoritariamente con ingredientes procedentes de China. Además, aunque la India es líder mundial en la producción de genéricos, depende especialmente de China para obtener los ingredientes activos necesarios. La CNN señala que el 70% de los ingredientes que la India utiliza para fabricar estos fármacos provienen del gigante asiático.

El desplazamiento de la producción farmacéutica hacia China se ha producido durante décadas, motivado por la investigación de costes más bajos y por las políticas de apoyo industrial implementadas por el gobierno chino. Este proceso ha dejado a Estados Unidos con una capacidad interna muy limitada para fabricar fármacos esenciales, especialmente genéricos.

Los aranceles vs. Trump

Trump propuso aranceles como mecanismo para impulsar la producción nacional, pero muchos expertos alertan de que esta estrategia podría empeorar la situación. Dado que los medicamentos genéricos tienen márgenes de beneficio muy reducidos, un incremento de costes por aranceles podría llevar a muchas empresas a salir del mercado norteamericano, aumentando los precios y agravando la ya existente escasez de medicamentos.

Los más afectados serían los pacientes de rentas más bajas, que dependen de los genéricos para acceder a tratamientos asequibles. Un estudio citado por CNN concluye que un arancel del 25% podría encarecer los medicamentos importados en casi 51.000 millones de dólares anuales. Además, según los expertos consultados por la CNN, la interrupción del suministro de ciertos fármacos podría tener consecuencias graves, como dejar niños sin tratamiento contra el cáncer o dificultar la respuesta a una emergencia sanitaria.

Para garantizar la seguridad sanitaria y reducir esta dependencia, se recomienda promover la producción local a través de incentivos e inversiones sostenidas, y no con medidas comerciales que podrían tener el efecto contrario.