La oposición demócrata en EE.UU. presentó este lunes una ambiciosa ley para reformar las tácticas de la policía que han acabado en violencia contra las minorías, pero se toparon con el escepticismo del presidente estadounidense, Donald Trump, que insistió en su lema electoral de "ley y orden".

La legislación, impulsada por los congresistas afroamericanos del caucus negro del Congreso, pretende responder a la abrumadora indignación popular que ha desatado el homicidio de George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis (Minesota) en mayo, junto a otros ejemplos recientes de racismo y violencia policial.

"El mundo no debería ser testigo nunca más de lo que vimos en las calles de Mineápolis: el asesinato lento de una persona por parte de un policía uniformado", subrayó la presidenta del caucus negro, la demócrata Karen Bass, al presentar el proyecto en una rueda de prensa junto a una veintena de legisladores y líderes de su partido.

Veto a la táctica que mató a George Floyd

Titulada "Ley de justicia en las tácticas policiales", la propuesta vetaría que los agentes agarren del cuello para dificultar la respiración a las personas que detengan, una maniobra que acabó con la vida de Floyd y que muchos departamentos policiales de EE.UU. ya han vetado, pero que aún sigue sin regularse en parte del país.

Además, la legislación prohibiría en algunos casos -los relacionados con el narcotráfico a nivel federal- el uso de órdenes judiciales para entrar en viviendas sin llamar a la puerta, una táctica que usaron los agentes que mataron a tiros el pasado marzo a la afroamericana Breonna Taylor en Louisville (Kentucky).

El proyecto de ley también facilitaría las demandas contra los agentes que hieran o maten injustamente a ciudadanos, al establecer que pueden ser procesados aquellos casos en los que los policías actuaran con "negligencia", en lugar de con "intencionalidad", como indica ahora el estatuto criminal federal.

Asimismo, crearía una base de datos nacional para evitar que los policías expulsados por conducta negligente puedan incorporarse sin problemas a los departamentos de seguridad de otras localidades, y limitaría la transferencia de equipos de categoría militar a las fuerzas de seguridad estatales y locales.

Los demócratas se arrodillan

Antes de la rueda de prensa, la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, encabezó una ceremonia solemne en la que una veintena de congresistas y senadores demócratas se arrodillaron durante 8 minutos y 46 segundos, el tiempo que estuvo Floyd con la rodilla de un policía blanco sobre su cuello.

El gesto trataba de ilustrar la solidaridad de la oposición demócrata con las víctimas de brutalidad policial en EE.UU. y con quienes se manifiestan a diario en las calles de todo el país desde hace más de una semana para denunciar el racismo sistémico en las fuerzas de seguridad.

"El martirio de George Floyd ha generado un cambio en el mundo", aseguró Pelosi, quien prometió que se asegurará de que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, apruebe cuanto antes el proyecto.

Sin embargo, no será fácil convencer al Senado, en manos republicanas, de que haga lo mismo; y el proyecto necesitaría en último término la firma de Trump, quien no ha expresado ninguna simpatía por la idea de reformar las tácticas policiales.

Trump se aferra a su lema electoral

En tuits y declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, Trump acusó a los demócratas de "querer quitar fondos y abandonar a nuestra Policía", a pesar de que el proyecto de ley no aborda el tema de la financiación de los departamentos policiales.

"No vamos a quitar fondos a nuestra policía. No vamos a desmantelar a nuestra policía", subrayó Trump, quien repitió en Twitter su lema electoral de "ley y orden".