La muerte del expresidente de Uruguay Pepe Mujica este martes a los 89 años ha provocado una oleada de reacciones de reconocimiento a todo el mundo a su legado político, su personalidad y su carisma. Mujica se lleva el profundo respeto y la gratitud del pueblo y de los líderes de todo el mundo, que lo reconocen como una de las figuras de la izquierda latinoamericana más influyentes, un símbolo de honestidad, sencillez y compromiso social, con un legado que trasciende fronteras y generaciones. Pero con la noticia de su muerte también se han recuperado numerosas anécdotas que protagonizó a lo largo de su intensa vida, en la que fue activista, agricultor, guerrillero y durante cinco años (2010-2015) presidente de Uruguay. Y una de ellas fue la que protagonizó con Vladímir Putin y que se produjo en julio de 2014 en Brasilia, durante la VI Cumbre de los BRICS (el Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) y América Latina, en la cual los dos tomaron parte. La escena vale la pena recordarla, porque puso de manifiesto la personalidad irresistible, sencilla y directa de Mujica, que utilizó un sencillo mapa para convencer al presidente ruso de qué tenía que invertir en su país.

Un Mujica directo, y un Putin empático

El momento, incluso, parece cómico, y al ver el vídeo es casi imposible contener una sonrisa. Con un estilo poco convencional, Mujica se llevó un gran mapa con el sello del Ancap (la empresa estatal uruguaya de combustibles) para explicar gráficamente a Putin las razones y ventajas de varios proyectos estratégicos para Uruguay. Mujica saca el mapa y lo despliega lentamente, mientras Putin se lo mira con cara de incredulidad. El presidente ruso, incluso, coge una planta de encima de la mesa que había entre los dos y la retira para ayudar a que el presidente uruguayo pudiera desplegar el mapa, y también saca los papeles de la mesa para dejarle espacio. Putin se apoya sobre la mesilla mientras Mujica va señalando sobre el mapa los puntos estratégicos de su explicación, y el presidente ruso va asintiendo con la cabeza. La escena muestra al presidente uruguayo tal como era, pero también descubre a un Putin sorprendentemente empático.

 

Una manera de salvar las diferencias idiomáticas

El presidente uruguayo señalaba, en particular, el puerto de aguas profundas en la costa de Rocha. A pesar de las diferencias idiomáticas y culturales, Mujica encontró una manera visual y práctica de ponerse en Putin en el bolsillo, y como resultado, el presidente ruso expresó su apoyo al proyecto y mostró interés en fortalecer la cooperación bilateral, especialmente en áreas de infraestructura y energía. Después del encuentro, Mujica explicó a los periodistas presentes en la gira que esta fue la manera más clara y directa que encontró para mostrar a su interlocutor el proyecto de la hidrovía que une al país con otros vecinos y la necesidad de sacar la producción por vía fluvial y marítima. "Le planteamos nuestras necesidades fundamentales, el interés por material ferroviario para la AFE (Administración de Ferrocarriles del Estado) y por la participación rusa en algunas de las licitaciones para la construcción del puerto de aguas profundas, que es una manera de aumentar la competencia y conseguir soluciones mejores", señaló.

Un WV 'escarabajo' azul, símbolo de un mandato

Esta es solo una de las muchas anécdotas que dejó Mujica, que rechazó la residencia presidencial para seguir viviendo en una modesta casa en la chacra que compartía con su esposa Lucía Topolansky en rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo, sin lujos ni servicio doméstico; que mantuvo siempre la costumbre de conducir a un viejo Volkswagen "escarabajo" celeste de 1987, vehículo que se devolvió símbolo de su presidencia (y por el que rechazó una oferta de compra de un millón de dólares de un jeque árabe en 1987); y que dio el 90% de su salario presidencial a las causas sociales, por lo cual fue conocido como "el presidente más pobre del mundo". Pepe Mujica también dejó momentos inolvidables, como cuando en una entrevista con la BBC durante su presidencia sorprendió a los periodistas al ofrecerles una copa de güisqui y lavar él mismo los vasos antes de servirles, como cuándo llegaba en moto en el Parlamento cuando era diputado, o como cuando se presentó a la jura de su nuevo ministro de economía en el 2013, Mario Bergara, con sandalias y un pantalón corto.

Ahora, los restos de Pepe Mujica descansarán en su chacra, el terreno rural donde vivía, debajo del árbol donde en el 2018 enterró a Manuela, su perra de tres patas.

Pepe Mújica, con su inconfundible WV escarabajo azul
Pepe Mujica, con su inconfundible WV escarabajo azul, en su chacra, con su perra Manuela.