La ciudad ucraniana de Melitópol fue capturada por las tropas rusas poco después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, iniciara la invasión a gran escala de Ucrania. Los partidarios de Kyiv, sin embargo, se han mantenido activos organizando ataques contra la administración prorrusa, pero no ha llegado a desbancarla. La ciudad se encuentra en la región de Zaporiyia, ocupada parcialmente por las tropas rusas. En este contexto, la CNN ha conseguido un relato de un residente de la ciudad de poco más de 30 años que se ha negado a huir de la ciudad. La cadena norteamericana no ha destapado la identidad de la persona con el fin de protegerla.

"Hay terror en Melitópol. Pero es tranquilo, no se ve en las calles", destaca el escrito. La situación es "terrible" para los que rechazan los pasaportes rusos. Y además, son conocidos como "los poco confiables". Los rusos están intentando hacer que todo el mundo tenga pasaporte ruso porque, tal como se describe, sería más fácil de manipular a la población. No conseguir los pasaportes, por otra parte, dificulta muchísimo el día a día. Dificulta el acceso a los hospitales, por ejemplo, o pierden sus propiedades por no tener los documentos rusos en vigor.

El joven explica que seguramente acabará teniendo que solicitar los pasaportes rusos, pero por ahora, intenta esquivarlo. Amigos suyos y familiares que han intentado conseguirlos, se han encontrado con largas colas. Los jubilados que necesitan hacer uso de la atención médica, discapacidades, personas con alguna patología, enseguida pidieron los pasaportes porque no querían perder estos beneficios. Por lo tanto, constata que una parte importante de la población ya tiene la documentación rusa en vigor.

Las personas que quedan en Melitópol

Tal como explica, después de los diferentes bombardeos, se organizan investigaciones para buscar partidarios de Ucrania. Y es que las personas que forman parte todavía de Melitópol tienen varios antecedentes. Algunos están básicamente satisfechos con el actual gobierno prorruso. Hay personas que no les importa y que dan apoyo a quienes les dé más pagos en efectivo. Los que se han quedado, a lo grande mayoría, dan apoyo al gobierno impuesto desde Moscú, convencidos de que ha llegado para quedarse.

Ahora bien, destaca que también hay patriotas ucranianos, que esperan que Ucrania gane la guerra. Según él, se ve quien da apoyo a Ucrania y quién no. Sobre todo, por los productos que vienen, que son de peor calidad. Sobre todo, los vendedores destacan que ahora tienen que escoger entre vender productos malos o mucho peores. Hay muchos partidarios de Ucrania, sí, pero destaca que son minoría. Esta fuente constata que cree que se emitirán documentos para los que no son de fiar, es decir, los que no aceptan los pasaportes rusos.

Hasta abril, era imposible circular por la zona ocupada sin documentos. Ahora se necesita un pasaporte ruso o documento de no ciudadano, pero hay advertencias que se tiene que tener el pasaporte ruso a finales de junio, ya que, sino, no podrá salir. También hay mensajes que animan a los padres a enviar a los hijos en campus de verano a Crimea.

La palabra prohibida

La guerra sigue siendo una palabra que no se utiliza. Los rusos que están en la ciudad están preocupados por la contraofensiva ucraniana. Primero se decía que la ciudad sería para siempre rusa. Ahora, de hace semanas, que se prepara para saber dónde se podrían construir las líneas de defensa. La guerra tampoco es una guerra en Melitópol. Se le llama "situación". Ni operación militar especial, ni guerra. El joven destaca que fue al médico y necesitaba comprar un medicamento. Para comprar el medicamento había que ir a Zaporiyia y para ir, tienes que pasar por Moscú.

Destaca, en este sentido, que ha cambiado mucho. También con respecto a compras y productos. En Rusia, no tienen los mismos estándares y regulaciones para los productos. Los jabones, champús y dentífricos rusos son de una calidad pésima. Los bielorrusos son un poco mejores, y la mejor opción para ellos es el champú turco. Hay muchos productos chinos y turcos en el mercado. Los productos rusos y chinos son de la peor calidad, mientras que los productos bielorrusos y turcos están más o menos bien, pero son más caros. Lo que pasa es que, tal como relata, los militares son los que tienen dinero y que, por lo tanto, pueden comprar los productos caros. Los mismos militares que, argumenta, pueden venir a hacerte fuera de casa en cualquier momento.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin / Efe