Una campesina y su hija han muerto este martes en Francia en el marco de una gran protesta de agricultores que ha sacudido el país. En el departamento de Ariège, en el sur de Francia, un coche ha atropellado a las dos víctimas mortales y al marido, que habían cortado la carretera junto con otros manifestantes. El vehículo ha acabado superando el corte por la fuerza, impactando contra las tres personas esta madrugada. La mujer murió de forma inmediata, mientras que su marido y la hija fueron trasladados al hospital, donde ella ha acabado muriendo un rato después. Los cortes se han convertido en una forma de protesta habitual en el país por la degradación de las condiciones de los profesionales del sector, y en la región donde ha ocurrido el accidente tiene un especial peso la agricultura.

Los tres ocupantes del coche han sido trasladados a comisaría. El vehículo circulaba por la autopista en dirección al corte, aunque se había señalizado que estaba cerrada al tráfico por la presencia de los obstáculos. Un fiscal local ha indicado que los primeros resultados de la investigación apuntarían a un accidente, ya que el atropello habría sido involuntario. En la oscuridad de la noche, el coche ha impactado contra un muro de balas de paja antes de chocar con las tres personas, y solo se ha detenido cuando ha chocado con el tráiler de un tractor que ocupaba la calzada de la carretera. Una fuente policial ha explicado que el vehículo, conducido por un hombre de 44 años, viajaba "velozmente" en el momento del accidente.

El ministro de Agricultura, Marc Fesneau, ha dicho que los hechos son "una tragedia para todos". La mujer tenía 35 años y era miembro del sindicato agrícola FNSEA, que está liderando las protestas nacionales. Su marido tenía 40 y la hija, 14. El sindicato también ha lamentado su muerte, asegurando que "en las circunstancias actuales por las que pasa el campo, este tipo de tragedias son difíciles de digerir".

Protestas nacionales

Las protestas agrícolas han alterado recientemente la gran región de la Occitania francesa. El sindicato FNSEA ya se reunió el lunes con el primer ministro, Gabriel Attal, para comentar sus quejas, que incluyen unos precios muy bajos de sus productos, costes más elevados y un incremento del precio de la gasolina. Para evidenciar su malestar, los campesinos han puesto en marcha acciones de protesta en varias ciudades de la región, tirando estiércol e intestinos de animales en las puertas de edificios administrativos.