A punto de cumplirse los 4 meses de guerra en Gaza, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya ha visto que los planes no le están saliendo como quería. Después de su gestión en la guerra contra Hamás con la voluntad de "aniquilar" y devolver a los rehenes en casa, la población no está contenta y las familias de los secuestrados todavía menos. El apoyo público a Netanyahu ha disminuido constantemente a medida que avanza y se alarga la guerra de Israel a Gaza.

Las nuevas encuestas de opinión pública muestran que el 23% de los encuestados quiere que se mantenga en el poder, mientras que el 41% le gustaría que el exministro de Defensa y miembro del gabinete de guerra Benny Gantz ocupara su lugar. Sea como sea, las cosas no pintan especialmente bien para Netanyahu que ve que tiene que hacer algo para cambiar estos últimos sondeos.

Indicios de genocidio

Además de la guerra, Israel tiene que hacer frente ahora a la decisión del Tribunal Internacional de Justicia de las Naciones Unidas. Que expuso la semana pasada que ve "indicios" de genocidio de Israel a Gaza, pero pide más "información" para tomar una decisión definitiva después de las medidas cautelares solicitadas por Sudáfrica. Así, exige "tomar las medidas posibles" para "prevenir" el genocidio en Gaza.

El estado israelí, aseguró, también tendrá que adoptar medidas inmediatas y efectivas para permitir la prestación de servicios básicos y asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia para abordar las condiciones de vida adversas que enfrentan a los palestinos a la franja de Gaza". Ya quedó claro que las decisiones de este tribunal son vinculantes legalmente para Israel, aunque la CIJ tiene pocos medios para hacerlas cumplir.

Las audiencias sobre la indicación de medidas cautelares se celebraron el 11 y el 12 de enero. Entonces, Sudáfrica aseguró que los "actos genocidas" de los cuales acusaba Israel "no son marginales, y están incorporados a la política estatal" de Tel-Aviv, y ha señalado como prueba el "lenguaje de deshumanización sistemática" usado por altos cargos israelíes para calificar a los palestinos de Gaza de "animales humanos".

Netanyahu no quiere detener la guerra

Después de la reunión en París, los EE.UU. y Qatar se mostraron optimistas sobre las posibilidades que se alcance un acuerdo. Aunque Israel ya ha destacado que "el camino para un acuerdo es largo", y ha lamentado que hubiera "aspectos inaceptables" en la propuesta, en referencia a la exigencia de la retirada total de sus tropas y poner fin a la guerra.

El gobierno israelí, pues, no está dispuesto a parar la guerra, a pesar de la creciente presión de las familias de los secuestrados para que negocie un acuerdo a cualquier precio para la liberación de los 132 rehenes que quedan dentro de la Franja, de los cuales se cree que unos 28 estarían muertos. "El mundo tiene que presionar el empleo para que pare estas matanzas y crímenes de guerra, incluida la política de torturas en que está expuesto nuestro pueblo en las zonas de Cisjordania, las ejecuciones y los arrestos," ha dicho Ismail Haniyeh, líder de Hamás, en su comunicado.