Boris Johnson, en plena ola de popularidad gracias a la campaña de vacunación, se enfrenta de pronto a la sombra de la sospecha tras no aclarar cómo pagó la reforma de su apartamento oficial en el 11 de Downing Street, que está siendo investigada oficialmente.

La Comisión Electoral, organismo que supervisa entre otras cosas la financiación de los partidos, ha abierto una investigación formal sobre las obras en su piso de Downing Street. "Hay motivos razonables para sospechar que puede haber habido una o más infracciones", ha asegurado un portavoz de la Comisión. El Partido Conservador se ha negado a despejar si desembolsó el coste de la reforma de apartamento oficial y se ha limitado a decir que los fondos de la formación "no se están usando" para pagar por el piso, sin especificar si Johnson recibió antes un préstamo no declarado.

Sesión de control

La cuestión ha centrado la sesión de control del gobierno de este miércoles, donde el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ha acorralado un primer ministro nervioso y agresivo. Ante las sospechas abiertas por el caso del apartamento, Starmer ha preguntado directamente a Boris Johnson sobre quién abonó inicialmente las obras.

Boris Jonhson Stamer sesion control Comunes EfeSesión de control este miércoles en la Cámara de los Comunes, donde el líder de la opisición Keir Starmer ha preguntado a Johnson por las obras de su apartamento oficial /  Efe

La palabra clave aquí es "inicialmente", pues Johnson reiteró este miércoles que él ya ha "cubierto todos los costes" por esas obras. Pero las dudas razonables acerca del origen de ese pago, que deberá solventar la Comisión Electoral, han servido a Starmer para cuestionar la integridad del primer ministro conservador. El líder de la oposición sostiene que solo hay cuatro opciones: que las obras las hayan pagado los contribuyentes, el Partido Conservador, un donante privado o el propio primer ministro.

La acusación de Cummings

Las dudas sobre la reforma del apartamento oficial se dispararon el pasado viernes, cuando el antiguo superasesor de Johnson e ideólogo del Brexit, Dominic Cummings, acusó al primer ministro en un incendiario mensaje de haber buscado en 2020 que "donantes pagasen en secreto" los trabajos y aseguró haberle advertido entonces de que ello sería "probablemente ilegal".

Los primeros ministros reciben por ley hasta 34.500 euros para dejar a su gusto la residencia oficial de Downing Street. Sin embargo, los medios especulan que la reforma emprendida por Johnson y su pareja, Carrie Symonds, se elevó muy por encima de esa cantidad. Según el Daily Mail, el matrimonio pagó unos 66.000 euros.

Este escándalo, que se suma a otras incómodas filtraciones para el primer ministro en los últimos días, como la de que dijo preferir "pilas de cadáveres" a decretar un nuevo confinamiento en octubre, llega además a solo ocho días de la celebración de elecciones locales y regionales en el Reino Unido.

 

Imagen principal, Boris Johnson en la sesión de control de este miércoles / Efe