Nuevos miembros entran en el gabinete chileno con el fin de reconciliar al gobierno con el Congreso. El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha concretado el giro hacia el centroizquierda solicitando la salida de algunos miembros del gobierno para introducir otros. Desde el Palacio de la Moneda, Boric ha anunciado la salida de dos de sus pilares: la ministra de Interior, Izkia Siches, médico independiente que enfrentó dificultades tempranas una vez asumido el cargo, y Giorgio Jackson, ministro Secretario General de la Presidencia (Segpres), su mano derecha, al cual entregó un ministerio de menor relevancia. De esta manera, el presidente deja atrás algunos de sus miembros con posiciones más marcadas de izquierda para dejar entrar nuevo más moderados.

El mandatario ha decidido incorporar al ministerio del Interior a la militante del Partido por la Democracia (PPD), Carolina Tohá, un sector político que hace tiempo que aspiraba acercarse a los círculos presidenciales. Al mismo tiempo, ha puesto al frente de las relaciones entre el órgano Ejecutivo y el Legislativo a la abogada y el militante del Partido Socialista (PS) Ana Lya Uriarte, exjefa de gabinete de la ministra del Interior saliente, cuyo perfil puede contribuir a levantar puentes con el Congreso, entidad que será protagonista para la continuidad del proceso constituyente. Justamente la milla de las relaciones con la cámara es uno de los principales objetivos de esta remodelación.

"Los cambios de Gabinete siempre son dramáticos en Chile y este no le ha faltado su dosis, tenía que hacer daño. Pero creo que era necesario y, quizás, creo que no tengo por qué esconderlo, es uno de los momentos más difíciles políticamente que me ha tocado enfrentar", ha asegurado Boric desde La Moneda en Santiago.

Nueva coordinación

Los cambios en el Ejecutivo han sido provocados por la victoria del 'no' en el referéndum sobre la propuesta constitucional para sustituir la antigua carta magna heredada de los tiempos de la dictadura. "En los que entran hoy, tienen diversas grandes tareas. Necesitamos una nueva coordinación del gobierno, que en conjunto fortalecemos la coalición que nos da apoyo y para sobre todo enfrentar con los que se quedan las urgencias ciudadanas", ha afirmado Boric.

El presidente no sólo se centró en la crisis que ha abierto el rechazo a la Constitución, sino que ha apuntado a otras dificultades que afronta el país y las cuales tienen que gestionar: el alza en el coste de la vida, las listas de espera a la salud pública y el déficit de vivienda con la falta de 600.000 hogares. Todas ellas forman parte del programa de Boric, el cual, a pesar de los cambios en el gabinete, está enfocado a cumplir. "No dejaremos de lado las reformas estructurales con las cuales estamos comprometidos ante el pueblo de Chile, porque este Gabinete hace suyo el mandato del cambio de transformador para el cual llegamos en La Moneda y en eso, ni un paso atrás", ha subrayado.