El gobierno de los Estados Unidos ha detenido el envío de 3.500 bombas a Israel por miedo a una masacre en Rafah, la zona más meridional en Gaza. El cargamento intervenido cuenta de 1.800 bombas de 907 kilos y 1.700 bombas de 226 kilos, según ha informado un alto funcionario estadounidense en el canal de noticias CNN. La fuente, que se ha querido mantener en el anonimato, ha explicado que la decisión de Washington obedece a la preocupación del ejecutivo que el armamento acabe siendo utilizado para atacar zonas pobladas. De hecho, lo que ha levantado la liebre es el pedido de las 1.800 bombas de 907 kilos de peso, unos explosivos especialmente contundentes. Les preocupa "el impacto que podrían tener en entornos urbanos densos como hemos visto en otras partes de Gaza", ha indicado. La decisión de impedir el cargamento se hizo saber el fin de semana pasado, pero no el motivo que lo había movido.

Estados Unidos exige en Netanyahu un plan para proteger a los civiles

Esta no es la primera vez que el gobierno de Biden se posiciona en contra de la invasión de Rafah. Es por este motivo que los EE.UU. han exigido a Netanyahu un plan integral para proteger a los civiles que viven en esta ciudad tan próxima en la Franja de Gaza. Calculan que la cifra supera al millón de personas. Con esta petición, Estados Unidos pretende evitar hacer todavía mayor el desastre humanitario que vive la zona a causa de la guerra. El conflicto entre Israel y Hamás empezó el 7 de octubre del 2023. Más de 34.700 personas han muerto y más de 78.000 han resultado heridas en Gaza desde hace siete meses. Israel declaró la guerra después de un ataque sorpresa de Hamás en el territorio israelí que secuestró a 250 personas.

Israel bombardea Rafah después de ordenar la evacuación

El pasado 6 de mayo Israel cumplió la amenaza y atacó Rafah. El ejército israelí bombardeó la zona después de ordenar la evacuación. Concretamente, el gobierno de Netanyahu dijo que bombardeaba "objetivos de Hamás" en el este de la ciudad. Por el contrario, fuentes palestinas apuntaban que algunos de los misiles se han lanzado sobre áreas con población civil. La operación se ha iniciado después de que el ejecutivo hiciera pública la decisión de rechazar la propuesta de alto el fuego de Egipto y Qatar. El primer ministro acordó, sin embargo, enviar una delegación para seguir negociando: "Aunque la propuesta de Hamás está lejos de cumplir con los requisitos de Israel, enviaremos una delegación de mediadores para agotar la posibilidad de alcanzar un acuerdo bajo condiciones aceptables".