El próximo 22 de enero tendrá lugar el año nuevo chino, la entrada en el 2023 será la primera en tres años para|por los habitantes de la China en que se podrán mover con cierta libertad por todo el territorio para visitar a su familia, ya que es la primera vez en años que no se encontrarán con medidas anticovid. Sin embargo, la situación actual en el país, donde hay una ola de coronavirus desbocada que nació a raíz de la abrupta retirada de las medidas sanitaria, hace que haya una creciente preocupación por los desplazamientos que se esperan por estas fiestas.

Según informa de The Guardian, los medios de comunicación estatal se están centrando en historias sobre la covid que alaban las mejoras a los hospitales y las clínicas rurales, las zonas más afectadas por el brote y el principal destino en estas vacaciones. "El punto álgido de la infección por covid en nuestro pueblo ha pasado, pero el festival se acerca y todavía hay habitantes que quedan atrás, especialmente personas mayores, con riesgo de infección secundaria," ha alertado a un médico de la provincia de Shaanxi, según recoge el diario británico.

Desde este lunes miles de trenes y otros transportes parten desde las grandes megalópolis chinas cargados de ciudadanos que se embarcan emocionados hacia sus pueblos, en los cuales hace años que no pueden celebrar esta gran festividad. Mientras tanto, el gobierno de Pekín y los expertos vigilan con desconfianza este movimiento masivo en una ola|oleada de covid que sigue causando estragos.

Casi 60.000 muertes en un mes

La Comisión Nacional Sanitaria de China anunció un total de 59.938 muertos relacionadas con la covid entre el 8 de diciembre pasado, cuando las autoridades empezaron a relajar las restricciones que mantenían contra la pandemia, y el 12 de enero de este año. La edad media de las víctimas ronda los 80 años. Además, se ha expuesto que el 90,1% de los muertos tenían más de 65 años, y más del 90% sufrían enfermedades subyacentes.

La rápida propagación del virus en China las últimas semanas ha sembrado dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales, que hasta ahora solo habían informado de un pequeño número de muertes por la enfermedad, a pesar de las numerosas escenas de alta presión hospitalaria. La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha criticado la gestión de los datos epidemiológicos chinos. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, aseguró la semana pasada que China no está dando cifras completas de muertes por covid en el actual brote.

China defiende que ha compartido sus datos "de manera abierta, puntual y transparente" desde el inicio de la pandemia, y ha pedido a la comunidad internacional que evite "politizar la pandemia" a raíz de las restricciones impuestas a los viajeros.