China ha expresado este martes su "preocupación" por el "desarrollo de la situación actual en Ucrania" después de que 12 personas murieran y más de cien resultaran heridas a los bombardeos rusos del lunes contra ciudades ucranianas. "China pide a las partes involucradas que resuelvan las diferencias mediante el diálogo y las consultas", ha asegurado la portavoz del Ministerio de Exteriores Mao Ning en rueda de prensa, recoge la prensa local. De esta manera, la portavoz ha expresado asimismo la "disposición" de China para "trabajar con la comunidad internacional" y ejercer "un papel constructivo en la desescalada de la situación".

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La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos confirmó que al menos 12 personas han muerto y más de cien resultaron heridas a los bombardeos rusos del lunes contra ciudades ucranianas, y se ha subrayado que muchos se dirigieron contra objetivos civiles, en violación del derecho internacional.

El coste (humano) de la guerra

Los datos que actualiza periódicamente la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos indican que la invasión rusa en Ucrania ha causado desde el comienzo hace más de siete meses al menos 6.221 muertos civiles y 9.371 heridos. Desde el estallido del conflicto, China ha mantenido una postura ambigua durante la cual ha pedido respeto para "la integridad territorial de todos los países", incluido Ucrania, y atención para las "legítimas preocupaciones de todos los países", en referencia a Rusia.

Durante una reunión celebrada en Uzbekistán el mes pasado, el presidente ruso, Vladímir Putin, valoró ante su homólogo chino, Xi Jinping, el hecho de que Pekín haya mantenido siempre "una postura equilibrada" sobre Ucrania, si bien admitió "preguntas y preocupaciones" de China. Sin embargo, Xi también ha pedido a Putin "liderar juntos un mundo cambiante y defender los intereses de los países en desarrollo".

La reunión de los mandatarios en Uzbekistán

Al principio de septiembre, Putin se reunió personalmente con Xi y Narendra Modi, cuando los tres líderes mundiales asistieron a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. Por primera vez, Putin admitió que tenía preguntas y preocupaciones sobre la guerra a Ucrania. Y también Modi le recordó a Putin que la época actual "no es de guerra". Y es que la India había tenido una política de ir haciendo, mirar hacia el otro lado y evitar críticas públicas. Y China sí que había dado apoyo abiertamente a Rusia. Durante la cumbre, Modi destacó la importancia entre la India y Rusia y China destacó que la relación era "estable".

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Opinar de puntillas sobre la guerra

Hasta ahora, los dos países han querido demostrar cierta simpatía a Putin y su guerra en Ucrania. En este contexto, han evitado pronunciarse negativamente. Sin embargo, todo tiene secretos. Los dos países dependen de Rusia con respecto a la defensa y a los recursos energéticos. Hay más. Según un artículo del The Washington Post, China e India comparten con Rusia un estatus de segundo nivel en el orden mundial. Un hecho que, evidentemente, no les hace nada de gracia. La guerra, sin embargo, también ha trastocado las economías. El conflicto ha afectado al precio de los alimentos y también su stock, pero también el de la energía. Han subido los precios del petróleo y también de bienes y servicios en India y China. También afectaría al hecho que Rusia, por ejemplo, colapse.

Lo que está llevando a cabo Rusia, tal como señala este mismo artículo, ha cambiado principios internacionales como, por ejemplo, la soberanía, la integridad del territorio y la autodeterminación. También Rusia ha anunciado que podría retirarse de la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Salud, instituciones que, a su tiempo, son fundamentales para la orden internacional.

China no quiere dejar de ser una potencia

Pero claro está. Las potencias emergentes tampoco quieren caer más abajo. Esta es la teoría que soporta al autor del artículo en el The Washington Post. Es decir, India y China podrían dar a Putin un apoyo volátil porque también quieren ser reconocidos mundialmente y tener un estatus elevado en política internacional. Los dos países buscarían ahora ser más influyentes y oportunidades de liderazgo.

Al final, pero estos países no han creado el orden internacional actual y en consecuencia, tal como expone al autor, tienen pocos incentivos para defender normas e instituciones que no han creado y sobre las que se sienten poco propietarios.

 

Imagen principal: el presidente de China, Xi Jinping / Efe