Una invitación a reflexionar sobre qué significa sí en las relaciones afectivas y sexuales. El espectáculo presenta a dos parejas de jóvenes: David y Marta y Ann y Max. La historia se desarrolla en ambientes festivos aparentemente paralelos, pero con resultados muy diferentes. El objetivo es abrir la reflexión sobre el consentimiento, la libertad personal y la gestión emocional de los deseos en un marco de educación afectiva que muchos habrían querido tener en el instituto.
Clara Mingueza encarna múltiples voces y personajes, y hace de maestro de ceremonias que acompaña las historias. En el espectáculo se incorporan grabaciones de jóvenes que son testigos reales y que se han recogido en institutos catalanes, y la interacción con el público refuerza la reflexión colectiva.
Con una puesta en escena ágil e íntima, y con un lenguaje directo y respetuoso, el espectáculo genera un espacio de diálogo intergeneracional. La obra combina humor, emotividad y silencio para hacer emerger dudas y situaciones cotidianas, a menudo ignoradas pero cargadas de complejidad emocional.