Junto al Parque Natural del Cadí-Moixeró, la ruta de los Contrabandistas entre Bagà y Pallar de Dalt propone mucho más que una caminata: es un viaje a los orígenes de la vida rural de montaña, entre paisajes de gran belleza e historias de frontera, silencios y pasos ocultos. Se trata de una de las rutas más bonitas de todo nuestro territorio. Desde La Gandula te presentamos una de las excursiones más bonitas de Catalunya.

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La ruta de los Contrabandistas

Este itinerario circular de unos 8 kilómetros, accesible y bien señalizado, empieza al núcleo de Bagà, una villa con encanto que conserva la huella de su pasado feudal. Está aquí donde empieza la inmersión en la memoria de las rutas clandestinas que fueron utilizadas por contrabandistas para transportar mercancías como café, tabaco, harina o teles a través de las montañas, desafiante las autoridades y aprovechando el relieve abrupto y el aislamiento.

El camino sube de manera suave entre bosques de abetos y pinos rojos, siguiendo antiguos senderos y pistas forestales. Poco a poco, el paisaje se va abriendo hasta llegar al Santuario de Pallar de Dalt , rodeado de prados y silencio. En este lugar, cargado de misticismo y calma, se respiran las historias de otros tiempos, cuando las montañas eran escenario de supervivencia, intercambio y complicidades entre pueblos de banda y banda de la frontera.

A lo largo del recorrido, se pueden encontrar paneles informativos que explican el contexto histórico del contrabando en la zona, la fauna y flora del entorno y la importancia del campesinado local. Además, las vistas sobre el macizo del Moixeró y el valle del Bastareny acompañan al caminante en todo momento, ofreciendo paisajes naturales que invitan a detenerse y contemplar una de las maravillas de Catalunya. Además, también podéis aprovechar para hacer fotos del lugar.

Una excursión para toda la familia

Esta ruta es una de las más recomendadas para toda la familia, gracias a su dificultad moderada y la gran variedad de alicientes culturales y naturales. A diferencia de otros senderos más exigentes, en esta ruta podéis aprovechar para descansar y disfrutar sin muchas complicaciones al ser una zona bastante asequible.

De vuelta en Bagà, la ruta no se acaba: se puede visitar el Centro Medieval y de los Cátaros, pasear por la plaza soportal o hacer una comida a cualquiera de los establecimientos locales que recuperan cocina tradicional de montaña. Todo ello convierte esta propuesta en una escapada ideal para un fin de semana tranquilo.