Enclavada en el corazón del archipiélago canario, La Palma se erige como un secreto celosamente guardado, un tesoro natural que merece ser revelado con entusiasmo. Apodada "La Isla Bonita" no sin razón, con sus volcanes, verdes bosques, esas playas de arena negra y esos cielos que no se ven en todas partes, tiene bien merecido el nombre. Entre sus atractivos, se encuentra Porís de Candelaria, un diminuto pueblo pesquero que yace oculto en el municipio de Tijarafe.

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Saliendo de Tijarafe por una serpenteante carretera, llegaremos a uno de los rincones más bellos y escondidos de la isla de La Palma, Porís de Candelaria o según otros, Proís de Candeleria. El nombre del pueblo le viene dado en homenaje a la virgen de la Candelaria. En esta villa no solo disfrutarás de un auténtico y curioso pueblo pesquero, sino que las piscinas de agua cristalina que ofrece el Océano Atlántico son un rincón único para refrescarse o practicar snorkel.

Esta pequeña localidad de casas blancas de pescadores, fue construida hace casi un siglo por los lugareños, aunque hay registros del uso de este lugar como puerto de mercancías y de partida hacia América desde mucho más antiguo. Antiguamente, los pescadores usaban este lugar para guardar sus aperos, ya que siempre se ha podido usar como puerto natural, pero mejoraron los chamizos que usaban para guardarlos para poder instalarse a vivir.

Una vez visto el pueblo ya toca zambullirse en el agua. Ves bien equipado, bañador, gafas de buceo, toalla y no olvides agua y comida, pues en este lugar no hay ningún chiringuito ni quiosco que te venda nada. Toma nota que las papeleras también brillan por su ausencia, así que recoge tus residuos y llévalos al contenedor más cercano que encuentres.

En el agua ves con cuidado, está llena de rocas y no hay socorrista, así que primero analiza el estado del mar y luego el del fondo antes de tirarte. Recuerda que las corrientes del Atlántico pueden ser traicioneras. Puede ser una buena idea bajar por la escalera primero para comprobar que no haya sorpresas sumergidas. Si te gusta el snorkel, este es uno de los mejores lugares de toda la isla en el que practicarlo. Podrás observar todo tipo de animales autóctonos como anémonas, estrellas de mar, caracolas y seguro que ves más de un pez.

La leyenda de la Candelaria

El apellido de Candelaria, compartido con la venerada virgen homónima, tiene su origen en una antigua leyenda. La imagen de la Virgen, resguardada en un navío portugués que buscaba refugio durante un fuerte temporal, desencadenó un fenómeno misterioso: al tocar tierra, la tormenta se disipó, pero al intentar devolver la imagen a la nave, la furia del clima resurgió. Ante varios intentos fallidos, la decisión de los marinos fue dejar a la Candelaria en Porís, convirtiéndose así en la patrona venerada en una cueva de Tijarafe.

Cómo llegar a Porís de Candelaria

El acceso, aunque no es el más sencillo, ofrece diversas opciones: en coche, a pie a través de una ruta senderista, o la sugerente llegada por mar desde el puerto de Tazacorte, donde la exploración de la costa revela la majestuosidad de este enclave.

Si decides emprender la ruta en coche, el viaje comienza en Tijarafe, desde donde tomas la carretera LP-1. Un desvío empinado y lleno de curvas te guiará hacia abajo, acercándote al mar y a las dos zonas de aparcamiento de Porís de Candelaria. Sin embargo, la conducción por esta ruta requiere precaución debido a la estrechez y las pronunciadas pendientes. El aparcamiento principal, aunque más pequeño, ofrece la ventaja de encontrarse a tan solo cinco minutos a pie de las pintorescas casas del pueblo.

Por otro lado, para aquellos aventureros amantes del senderismo, La Palma ofrece una ruta circular fascinante, el sendero PR LP 12.2 desde Tijarafe. Con una longitud de aproximadamente 10.3 kilómetros (ida y vuelta) y una duración de unas cuatro horas, esta travesía serpentea a través del Monumento Natural del Barranco del Jurado, conocido por sus formaciones geológicas únicas. Aunque la ruta puede parecer sencilla a primera vista, es importante considerar el notable desnivel que presenta, lo que agrega un toque de desafío a la experiencia.

La opción más sugerente quizás sea la ir en barco, ofreciendo una perspectiva única del perfil rocoso de la isla y la oportunidad de avistar ballenas y delfines. Desde el Puerto de Tazacorte, varias compañías operan excursiones en barco que conducen a Porís de Candelaria pasando por maravillosos lugares como la Cueva Bonita, la Cueva Colorada o la playa de la Veta.