Catalunya es un territorio bendecido con una variabilidad geográfica y climática impresionante. Costas salvajes y playas arenosas, montañas más escarpadas y rocas con perfiles alienígenas, planas de secano y auténticas selvas enmarañadas. Muchos entornos distintos, donde se esconden lugares que parece increíble tenerlos a una o dos horas de casa.
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Te presentamos los sitios de Catalunya donde más increíble se siente uno, y más tiene la sensación de estar en un paraíso. 5 enclaves únicos, para 5 experiencias distintas.
El Gorg Blau
¿Te gusta el senderismo, perderte por el bosque, y refrescarte en alguna piscina natural? Tienes muchas opciones espectaculares por toda Catalunya, pero nosotros queremos destacar el delicioso Gorg Blau, en Sant Aniol d’Aguja (Girona).
La ruta hasta el lugar te llevará un par de horas, en las que disfrutarás de las vistas de la riera de Sant Aniol, el romántico Pont d’en Valentí, y diversos tramos donde ya podréis tomar un baño. Cuando lleguéis a la Ermita de Sant Aniol d’Aguja (s. XI) tomaréis el desvío al Gorg Blau, y alcanzaréis uno de esos lugares mágicos en los que desearás estar a solas. Intentad ir un día entre semana, o que se vea el día nublado e invite menos, y no olvidaréis la experiencia.
Playa de la Mar Menuda, en Tossa de Mar
Las playas de Tossa son, en general, una delicia, y la playa de la Mar Menuda (el tramo más corto y septentrional de la bahía, opuesto al castillo) merece al menos una visita en tu vida. Y dirás, ¿por qué? Las fotos son espectaculares, sí, pero está urbanizada y hay un montón de gente.
Y esto es verdad: no te será fácil plantar la toalla en primera fila, porque es un destino turístico muy solicitado con hoteles en primera línea de mar. Pero es que Tossa ofrece a apenas hora y media de Barcelona una experiencia submarina que por lo general solo te imaginas en las islas Medas, o en unas vacaciones en el Caribe.
Como verás, en esta playa se hacen infinidad de bautismos de buceo, porque en la misma bahía hay una vida natural escandalosa a la que no parece importarle un pimiento que haya decenas de lanchas y yates o miles de bañistas. Simplemente haciendo snorkel, a unos pocos metros de la orilla, puedes acabar nadando en medio de un banco de miles de peces sin soltarte de las cuerdas que llevan a las boyas y marcan la salida de los kayaks.
Subida al Pedraforca
Puede que no sea el pico más alto, pero sin duda es el más emblemático: el Pedraforca, en el Parque Natural del Cadí-Moixeró, con sus dos crestas paralelas que le dan nombre, es una vista sobrenatural (parece increíble que todavía no se haya rodado ninguna serie fantástica con esta montaña de fondo, aunque en el videojuego The Witcher 3 Wild Hunt hay una parecida) a la que, si estás en forma y te va el excursionismo, puedes y debes subir. Las panorámicas valen el esfuerzo.
Las dunas del Fangar
Cuando hablas de playas en Catalunya piensas en la Costa Brava y en perfiles como los de Tossa. Pero en el extremo sur del país, en el delta del Ebro, encontrarás una playa única, una experiencia increíble que te hará sentir en otras latitudes. Una lengua de arena infinita, sacudida por el viento y con las dunas lamiendo el mar, con su fotogénico faro en medio de ninguna parte.
Aquí no tendrás problema para colocar la toalla, si algo sobra son kilómetros de arena salvaje. Piérdete donde quieras.
La Fageda d’en Jordà
Si quieres huir de playas y aguas, pero no estás para subirte el Pedraforca, prueba a perderte en la Fageda d’en Jordà. Un hayedo único en toda España, relativamente llano, formado sobre una colada del volcán del Croscat, pues este hayedo está en la zona volcánica de La Garrotxa.
En este microclima abundan las lluvias, y perderte a pie, o incluso a caballo, por sus casi 5 km2 de extensión, es una experiencia que inspira la creatividad (y si no que se lo pregunten a Joan Maragall).
¿Qué te parecen estos 5 bocados de paraíso que puedes encontrar en Catalunya? ¡No hace falta irse a la otra punta del mundo para encontrar rincones increíbles!