La capital de la región de Alsacia tiene uno de los barrios medievales más grandes de Europa. En Grand Île y Petite France, las calles empedradas se entrecruzan entre casas con entramado de madera que han sobrevivido durante cientos de años.

Estrasburgo ha sido objeto de un tira y afloja entre Francia y Alemania durante siglos, lo que la hace más interesante para el visitante. Además de notarse en la arquitectura, se reconoce esta doble influencia en la cocina y el vino, y también en la presencia de instituciones internacionales como el Parlamento Europeo.

El Parlamento Europeo

Tiene mucho sentido que Estrasburgo sea la sede del Parlamento Europeo, ya que siempre ha sido un lugar donde se han cruzado diferentes culturas, religiones e idiomas.

Estrasburgo es una de las tres ciudades no capitales del mundo que tiene una institución internacional, y el Parlamento Europeo es un lugar casi obligado de visita.

Lo ideal es reservar con anticipación para hacer un recorrido por esta moderna estructura cilíndrica, que contiene la cámara de diputados, donde nos representan 750 políticos.

Catedral de Estrasburgo

Hasta 1874, esta catedral de piedra arenisca fue el edificio más alto del mundo y es, en todo caso, la obra arquitectónica más alta construida en la época medieval.

En ella, destacan la fachada oeste y la vista de las bóvedas que te dan la bienvenida una vez que entras en el templo religioso.

Resulta fascinante ver que una parte importante de la catedral data de los años 1100, incluido el ábside en el lado este. Además, subirse a la torre norte, que es de mediados del siglo XV, permite disfrutar de unas magníficas vistas de la Selva Negra, a 30 kilómetros de distancia.

La Petite France

Se trata de la zona más fotogénica de la ciudad, en la que molineros, pescadores y curtidores ejercían sus oficios en este distrito de vías fluviales, presas y esclusas lleno de casas de entramado de madera de los siglos XVI y XVII.

En sus calles empedradas, además de la belleza de estas grandes casas de piedra te encontrarás restaurantes tradicionales en los que disfrutar de especialidades culinarias alsacianas como el choucroute garnie.

Casas de la Petite France / Unsplash
Casas de la Petite France / Unsplash

La Presa Vauban

A pesar de haber sido construido en el 1600, este puente fortificado y presa sobre el río Ill fue una piedra angular de las defensas de la ciudad hasta la guerra franco-prusiana en 1870. La idea era que en tiempos de asedio elevaría el nivel del Ill e inundaría las tierras del sur, y también levantaría barreras para evitar el paso de invasores.

Hay un pasillo interior que corre a lo largo de la estructura y puedes subir al techo para ver las torres de los Ponts Couverts y la catedral.

Ponts Couverts

Anunciando su entrada a la Petite France hay un conjunto de tres puentes fortificados que se reconocen por sus cuatro altas torres cuadradas. Fueron construidos en el siglo XIII y formaban parte de la línea original de murallas de la ciudad.

El nombre de los puentes no tiene sentido hoy en día, ya que en realidad ya no están cubiertos. Hasta la década de 1700, los cruces estaban protegidos por techos largos que ofrecían cobertura durante los asedios.

Los puentes quedaron obsoletos después de que se construyera la Presa Vauban río arriba y los techos desaparecieron, pero el nombre quedó para siempre.

Iglesia de Santo Tomás

Otra prueba de que Estrasburgo se encuentra en una encrucijada cultural es esta iglesia protestante, que fue el principal lugar de culto luterano después de que Estrasburgo pasara a formar parte de Francia en 1681.

Se terminó de construir en hacia 1520 y es el único ejemplo de iglesia de estilo alemán en la región. Esto significa que, a diferencia de la mayoría de las iglesias de Francia, la nave y las naves laterales tienen la misma altura.

El órgano de la galería es de 1741 y fue elogiado por Wolfgang Amadeus Mozart cuando lo tocó en 1778.

Museo Alsaciano

Con una ubicación privilegiada en una casa del siglo XVII en un muelle del río Ill, el Musée Alsacien no podría estar mejor ubicado para mostrar tradiciones locales y el arte de la ciudad.

Las galerías ofrecen varias reconstrucciones de escenas y talleres de casas históricas, todas presentadas con cerámica, vestuario, muebles, herramientas, juguetes y utensilios cotidianos originales.

Además, encontrarás muestras sobre cómo, por ejemplo, se prensaba el vino en el siglo XVIII y de los orígenes romanos de la viticultura.

Palacio Rohan

Este palacio episcopal del barroco tardío francés fue terminado de construir en 1742 según los diseños de Robert de Cotte, el primer arquitecto de Luis XV. Es un edificio impresionante, erigido para el cardenal Armand-Gaston de Rohan-Soubise, príncipe obispo de Estrasburgo y apreciado por su alta fachada clásica.

Se inspiró en las grandes mansiones de París de esa época y el interior es tan opulento que merece la pena visitarlo.

Neustadt

Estrasburgo se triplicó en tamaño en los 34 años transcurridos entre la guerra franco-prusiana y el final de la Primera Guerra Mundial.

Este fue el período alemán, y la velocidad de la construcción proporcionó una gran cantidad de distritos a Estrasburgo con una consistencia arquitectónica que es difícil de encontrar en cualquier otro lugar.

El Neustadt, también conocido como el Barrio Alemán, tiene una forma de media luna y cubre las partes occidental, norte y este de Estrasburgo.

Vino y cerveza

Alsacia es la única región vitivinícola francesa en la que la mayoría de los vinos producidos son varietales, por lo que se elaboran únicamente con las uvas que les dan su nombre.

Los dos más famosos son el Gewürtztraminer, generalmente especiado y dulce y recomendado para beber con el postre o como aperitivo, y Riesling, que es seco, complejo y combina muy bien con alimentos alsacianos como el chucrut y la carpa frita.

Estrasburgo también se encuentra en medio de la región cervecera más productiva de Francia. Sus marcas más conocidas para nosotros son Karlsbräu y Kronenbourg, pero Meteor es una cervecera independiente que ofrece una visita guiada de 90 minutos que incluye al final una sesión de degustación.