Tal día como hoy del año 1229, hace 790 años, las tropas catalanas comandadas por el conde-rey Jaime I zarpaban del puerto de Salou (Tarragonès) en dirección a Mallorca. Cinco días más tarde (el 10 de septiembre), y después de haber sufrido los efectos de una fuertísima tormenta durante la travesía, desembarcarían en la bahía de Santa Ponça, e iniciarían la conquista de Mallorca. Aquella operación militar culminaría el 31 de diciembre de 1229, con la conquista de Palma, aunque hasta 1231 no derrotarían los últimos núcleos de resistencia musulmana situados en las zonas montañosas de la parte oriental de la isla.

La conquista de Mallorca fue el primer paso de la expansión catalana en el Mediterráneo. Los términos de aquella empresa militar se habían negociado en Tarragona el año anterior, a casa del poderoso comerciante Pere Martell, amigo personal de Jaume I, y muy bien relacionado con el arzobispo de Tarragona, Aspàreg de la Barca, y con el abad de Poblet, Ramon de Cervera. En aquella comida se reunieron los máximos representados de los poderes políticos, militares y económicos de Catalunya; se negoció la aportación en hombres y armas a la empresa militar, y el reparto de la isla.

La nobleza militar y las élites mercantiles aragonesas (más centradas en la expansión peninsular), no tuvieron ningún interés en la empresa mallorquina. El ejército catalán concentró 16.500 efectivos y las principales aportaciones procedían del hueste de Jaime I, las de los condes del Rosselló, Cerdanya, Empúries y Bearn (vasallos del Casal de Barcelona); las casas baronials de Montcada, Cervelló, Mataplana y Santmartí; las del arzobispo de Tarragona y las de los obispos de Barcelona y de Girona; las del abad de Poblet; y las órdenes militares de los Templarios y de los Hospitalarios.

La conquista de Mallorca fue una empresa netamente catalana, y su preparación y ejecución es uno de los testimonios más elocuentes, no tan sólo de la independencia política y militar del Principado de Catalunya, sino también de su liderazgo dentro del conglomerado formado por los diversos dominios que integraban la Corona catalano-aragonesa.