Tal día como hoy del año 1072, hace 1.050 años, el señor de la guerra normando de origen vikingo Roberto de Hauteville conquistaba el puerto y la ciudad de Palermo a los musulmanes, que la habían ocupado dos siglos y medio antes (827) y la habían convertido en la capital del emirato de Sicilia. Con la operación de Palermo, los normandos daban un impulso definitivo a la campaña de conquista de Sicilia, que habían iniciado con la ocupación de Mesina (1061) y que culminarían pocos meses después. Cuando Roberto de Hauteville lideró aquella empresa militar, era duque independiente de Apulia y Calabria, y dominaba el tercio sur de la península italiana.

La operación de Palermo se planificó y ejecutó con la participación de los ejércitos pontificios. Desde el año 1059, el ducado independiente de Apulia y Calabria era un dominio feudal en la órbita política del Pontificado; como también lo era el condado independiente de Barcelona desde, prácticamente, su independencia de facto (987) del reino de Francia. Este posicionamiento común había impulsado e impulsaría varias campañas militares conjuntas catalano-normandas. En la conquista barcelonesa de la ciudad y del Camp de Tarragona (1076-1117), el señor de la guerra normando de origen vikingo Robert d'Aguiló ―vinculado a los Hauteville de Calabria― tuvo una participación destacada.

Pero el hecho más destacado ―y más revelador― de aquella comunidad de intereses catalano-normanda fue la negociación y acuerdo ―impulsado por el Pontificado― del matrimonio entre Ramón Berenguer II, conde independiente de Barcelona, y Mafalda de Apulia, hija de Roberto de Hauteville; que representaba la consolidación de los lazos políticos entre dos aliados que colgaban de una misma superpotencia de la época. El matrimonio entre el catalán y la calabresa de origen vikingo marcaría el inicio de una larga relación entre Catalunya y Calabria-Sicilia, que culminaría casi dos siglos más tarde (1262) con la unión dinástica de las coronas catalanoaragonesa y siciliana.