Tal día como hoy del año 1203, hace 814 años, se ponía la primera piedra de la construcción de la Seu Vella de Lleida, la catedral de la diócesis ilerdense. La Seu leridana fue edificada en la cumbre de la colina —llamada desde entonces "de la Seu"— sobre los restos de una antigua catedral cristiana edificada al final de la dominación romana, cuando la religión cristiana había sido convertida en la confesión oficial del Imperio. La Ilerda romana era sede episcopal de una extensa diócesis que cubría el territorio de la antigua nación norteibérica de los ilergetes: las planas de Urgell y de la Llitera y los valles de los ríos Segre, Cinca, Éssera, Alcanadre y las dos Nogueres.

Durante los siglos de dominación islámica (714-1149) la antigua catedral había sido reconvertida en una mezquita. Pero con la incorporación de Lleida en el mundo cultural, político y religioso cristiano (1149), la arquitectura, el urbanismo y el paisaje sociológico vivieron una transformación formidable. El casal de Barcelona-Aragón proyectó la formación de una gran ciudad que tenía que contrapesar el poder de las casas feudales de Urgell, de Pallars y de Ribagorça que rivalizaban con la monarquía. La dotó de un régimen político autónomo vinculado exclusivamente a la Corona, e inició la construcción de grandes edificios que tenían que dar forma definitiva al proyecto.

La Seu Vella era uno de los grandes edificios proyectados para ser símbolo del contrapeso y, por extensión, del poder de los estamentos políticos y sociales reales: mercaderes, artesanos y pueblo llano. Fue diseñada siguiendo los modelos arquitectónicos de transición del románico al gótico originarios de la Normandía francesa. Con un elevado campanario que quería afirmar —desde cualquier punto de las extensas llanuras que lo rodean— la existencia de una ciudad que nacía y se desarrollaba en un régimen de libertades. La Seu Vella sería la catedral de la diócesis ilerdense durante cinco siglos, hasta que en 1707, el primer Borbón hispánico, para humillar a los leridanos, la desfiguró y la convirtió en un cuartel militar.