Tal día como hoy del año 1683, hace 334 años, nacía en Versalles (Francia) Felipe de Borbón y de Wittelsbach, que dieciséis años más tarde (16 de noviembre de 1700) sería entronizado rey de las Españas con el nombre de Felipe V. Posteriormente, dieciséis años después de la coronación (16 de enero de 1716), sería el encargado de decretar la abolición definitiva de las instituciones de gobierno catalanas "por justo derecho de conquista". Felipe V, el primer Borbón hispánico, era el segundo hijo de Luis de Borbón —primogénito del rey Luis XIV de Francia, que a causa de la longevidad del Rey Sol no llegaría nunca al trono—, y de María Ana de Wittelsbach, hija de Fernando María, duque independiente de Baviera y aliado de Francia.

Felipe de Borbón fue educado en la corte de Versalles en el modelo político centralista, uniformista y absolutista que los Borbones habían implantado en el reino de Francia desde la primera mitad del siglo, durante el gobierno de su bisabuelo Luis XIII y de los primeros ministros Richelieu y Mazzarino. Eso explicaría la existencia de un partido borbónico a la corte hispánica durante los últimos años de reinado de su tío abuelo Carles II, de los Habsburgo hispánicos, que murió sin descendencia. El partido borbónico de la corte de Madrid estaba formado por los entusiastas de la supresión del modelo confederal de los Habsburgo, que exigía la liquidación de los regímenes forales de los países de la Corona de Aragón.

Felipe V visitó Barcelona el 30 de septiembre de 1701 para jurar las constituciones catalanas —la cláusula decimotercera del testamento del difunto Carlos II— sin saber ni una pizca de catalán. A pesar de haber jurado el régimen foral catalán y haber obtenido de las Cortes catalanas una aportación de 2.000.000 de libras (el equivalente actual a aproximadamente 2.000 millones de euros), llenó los despachos de la administración real en Catalunya con personajes que generarían grandes tensiones políticas y económicas con las instituciones del país, y que inclinarían decididamente el Principado hacia la causa del candidato Carlos de Habsburgo en el conflicto de la guerra de Sucesión hispánica (1705-1715).

Se ha especulado mucho sobre el odio profundo que Felipe de Borbón sentía hacia los catalanes. La investigación historiográfica ha revelado que la influencia de los ministros franceses enviados por su abuelo, Luis XIV —que tenía una pésima opinión de los catalanes desde la revolución de los Segadores (1640-1652)—, sumado a la cultura catalanofóbica que imperaba en la corte de Madrid desde los tiempos de Olivares —que había ocupado militarmente Catalunya y había provocado el conflicto de los Segadores—, condicionarían los primeros choques con las instituciones catalanas y explicarían que el propósito del primer Borbón hispánico fuera arrancar de cuajo el régimen foral catalán, incluso mucho antes del inicio del conflicto sucesorio.