Tal día como hoy del año 1931, hace 88 años, se hacían públicos los primeros resultados de las elecciones municipales celebradas el día anterior (12 de abril). Aquellas elecciones, aunque eran unos comicios municipales, se presentaban con un fuerte componente plebiscitario. Eran las primeras elecciones desde el golpe de estado militar de Primo de Rivera (14 de septiembre de 1923), perpetrado con el apoyo del rey Alfonso XIII. Las fuerzas políticas republicanas en la clandestinidad que habían firmado el Pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930) se presentaban con un programa plebiscitario: monarquía o república.

En Catalunya, esos primeros resultados, aunque eran en parte parciales y en parte provisionales y pendientes del recuento definitivo, apuntaban a una clarísima victoria electoral de Esquerra Republicana de Catalunya, que lideraba Francesc Macià. Según los primeros datos, que se confirmarían en el transcurso de las horas siguientes, el partido de Macià ganó de forma clara y rotunda en tres de las cuatro capitales provinciales (Barcelona, Lleida y Girona), en seis de las doce ciudades más pobladas del país (Barcelona, Terrassa, Lleida, Reus, Mataró y Girona), y en treinta y tres de las treinta y seis cabezas de partido judicial del país.

En Barcelona ciudad, los primeros resultados avanzaban una victoria sin paliativos del partido de Macià. De un total de 121.782 votos escrutados (el 53,67% del censo), Esquerra Republicana sumaba 43.047 apoyos (el 35,35%). El resto del voto quedaba asignado a la Lliga Regionalista ―entonces liderada por Cambó― (27.558 que representaban el 22,63%), la Coalición Republicano-Socialista ―que integraba socialistas, republicanos y federalistas― (23.381 que representaban el 19,20%) y Acció Catalana ―liderada por Carrasco i Formiguera y formada por el sector más catalanista de la Lliga― (17.864 que representaban el 14,67%). El resto de partidos (liberales, comunistas, lerrouxistas) no alcanzaron el 5%.

Aquellas elecciones condujeron a un cambio de régimen: la República sería proclamada por Macià al día siguiente, 14 de abril, cuando se habían escrutado la totalidad de los votos emitidos y se había confirmado la victoria electoral de los partidos republicanos. Pero también significaron el ocaso de la monárquica y derechista Lliga Regionalista, que desde 1913 había sido el partido hegemónico en Catalunya. En aquellas elecciones municipales, la Lliga no ganó en ninguna de las capitales provinciales (en Tarragona ganó el Partido Catalanista Republicano), sólo ganó en tres de las doce ciudades más pobladas del país (Sabadell, Badalona y l'Hospitalet), y en una de las treinta y seis cabezas de partido judiciales (Igualada).