Tal día como hoy del año 1640, hace 381 años, el Dietario de la Generalitat ―en el contexto de la Revolución de los Segadores y la Guerra de Separación de Catalunya (1640-1652/59)― consignaba el envío de una misiva firmada por el secretario de estado de la Generalitat Josep de Fontanella y dirigida al virrey hispánico García Gil de Manrique y Maldonado informando de que el gobierno catalán había autorizado la creación de una "hermandad" destinada “a las capturas dels delinqüents com també al exequució de las sentèncias, tant civils com criminals”; que se constituiría “ha exemple de la ciutat de Barcelona", y que se desplegaría en las "vilas y lochs més populosos de aquest Principat”.

Aquella misiva era una pura formalidad, ya que el virrey hispánico ya no tenía ninguna autoridad en el Principado. Pero, en cambio, resulta de gran valor para situar cronológicamente el primer proyecto de creación de una policía catalana, que tenía que ser más efectiva que los históricos somatenes, grupos de gente armada promovidos por los consejos municipales o por las jurisdicciones señoriales, que eran reclutados para hacer frente a amenazas delictivas puntuales, sobre todo al bandolerismo. La misma consignación detalla que el conflicto bélico había provocado un estado generalizado de inseguridad que se pretendía mitigar con la creación de un cuerpo unificado ―con presencia en las principales ciudades del país― bajo la autoridad directa de la Generalitat.

Aquella misma consignación detalla que el virrey hispánico había despachado el asunto con el secretario de estado catalán (según la ley de la época, el virrey como representante del rey en el Principado tenía que autorizar o denegar la constitución de aquel cuerpo). Y que García de Manrique, a pesar de que ―en aquel momento― su autoridad era puramente testimonial, se había negado a aceptar la creación de un cuerpo unificado. En contrapartida, había autorizado la creación de todas las hermandades en el ámbito local que las circunstancias del momento requirieran, pero sin estar coordinadas por un mando único. No obstante, el proyecto de la Generalitat salió adelante, pero meses más tarde aquellos cuerpos de seguridad serían militarizados y quedarían encuadrados en el Ejército de Catalunya.