Tal día como hoy del año 1922, hace 95 años, Francesc Macià —que nueve años más tarde sería elegido primer president de la Generalitat republicana— creaba en Barcelona la organización política Estat Català, que en sus estatutos fundacionales se definía como un "partido independentista, interclasista y no dogmático, que lucha por la independencia de los Països Catalans y por la oficialización del catalán como lengua de estado". Aquel acto fundacional se llevó a cabo en los locales del sindicato catalanista CADCI, en la rambla Santa Mònica, 10. Estat Català es el tercer partido nacionalista en activo más antiguo de Europa, después del Sinn Féin irlandés y el PNV/EAJ vasco.

El año 1922 Francesc Macià ya no era oficial del ejército español. Dieciséis años antes (1906) se había presentado a las elecciones generales en las listas de la plataforma catalanista Solidaritat Catalana, y había obtenido acta de diputado en las Cortes españolas. Este hecho había motivado la marginación de la cual fue objeto y su posterior decisión de abandonar el ejército español. Renovaría el acta en las cinco posteriores legislaturas, siempre desde una posición ideológica regeneracionista que postulaba una España confederal. Superada la Primera Guerra Mundial (1914-1918) las políticas abiertamente anticatalanas de los partidos dinásticos lo llevarían hacia el republicanismo y hacia el independentismo.

Francesc Macià funda al partido independentista Estado Catalán. Milicianos de Estado Catalán desfilan ninguno el frente de guerra. Barcelona, 1936. Fuente archivo de El Nacional

Milicianos de Estat Català desfilan hacia el frente de guerra (Barcelona, 1936)

Un año más tarde (1923) se producía el golpe de estado del general Primo de Rivera —auspiciado por el rey Alfonso XIII—. El Estado español se convertía en una dictadura autoritaria que prohibía y perseguía, especialmente, las organizaciones catalanistas y los sindicatos obreros. Estat Català —desde la clandestinidad— asumiría una posición combativa, que lo llevaría a protagonizar hechos como el Complot del Garraf —el intento de regicidio de Alfonso XIII—, o los Hechos de Prats de Molló —la operación militar de liberación de Catalunya—. Pero con el fin del régimen autoritario se incorporó de nuevo, y de pleno, en la arena política y sería, en 1931, la más decisiva e influyente de las cuatro formaciones políticas fundacionales de Esquerra Republicana.