Tal día como hoy del año 1704, hace 316 años, en el marco de la Guerra de Sucesión hispánica (1701-1715), las armadas navales inglesa y neerlandesa, comandadas por el almirante George Rooke y el príncipe Jorge de Hesse-Darmstadt, iniciaban el bombardeo sobre la fortaleza y ciudad de Gibraltar, que culminaría el 3 de agosto con la rendición de la guarnición hispánica. En aquella operación militar, tuvo papel muy destacado la Compañía de Infantería de Marina catalana, comandada por el capitán Joan Baptista Basset, formada por 400 efectivos catalanes, valencianos y mallorquines que representaban al 20% del total del ejército aliado.

Durante el intenso bombardeo del día 1, la compañía catalana inició una maniobra de aproximación que culminaría con el desembarque. La compañía de Basset desembarcó en la parte nordoriental de la punta de Gibraltar (actualmente llamada Catalan Bay) y sería el primer contingente armado de la alianza internacional austriacista que pondría los pies en el peñón. Aquella maniobra decidiría el resultado de aquella operación: los infantes de marina de Basset se situaron en el istmo del peñón cortando las comunicaciones con la península Ibérica. La rendición de la guarnición borbónica hispánica —y la toma de toda su munición— fue consecuencia de la imposibilidad de huir por el istmo.

Después de aquella operación, el capitán Joan Baptista Basset (Alboraia, País Valencià, 1654 – Segovia, Castilla, 1728) alcanzaría la condición de héroe. Fue el segundo gobernador austriacista de Gibraltar (1704-1705), lideró la revolución austriacista en el País Valencià (1705) y tuvo un papel destacadísimo en la última fase del conflicto en Catalunya (1713-1714), denominada Guerra de los Catalanes. Murió en 1728 —pobre y enfermo— después de haber estado recluido en los peores penales españoles (1714-1724). Mientras tanto, en 1713, Felipe V —el primer Borbón hispánico— renunciaría al dominio español de Gibraltar, a cambio de la retirada británica del conflicto.